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El euro se recupera ayudado por el temor de los mercados a una intervención del BCE

Después de tres semanas de caída en picado, el euro entró ayer en la zona de los 91 centavos de dólar ayudado por los temores a una intervención. La relativa calma precede a la reunión que el Banco Central Europeo (BCE) celebra hoy, en la que puede decidir una nueva subida de tipos, desde el 3,75% actual hasta incluso medio punto. En este caso, el BCE se anticiparía a la decisión que la Reserva Federal de EE UU probablemente adoptará en el mismo sentido el próximo 16 de mayo. Los expertos creen que los tipos de interés de la zona euro llegarán hasta el 4,75% a finales de año.

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En la jornada previa a la decisión del BCE, los mercados bajaron la guardia en su acoso al euro. El cambio oficial se fijó a 0,91070 por dólar, para volver así a los niveles de antes de finales de abril pasado, cuando se inició el desplome de la divisa europea. Hoy es un día clave para conocer hasta qué punto el BCE desea un euro más fuerte.Las opiniones están divididas. Matt King, analista de JP Morgan en Londres, cree que el BCE no moverá hoy los tipos de interés, aunque comparte el criterio, bastante extendido, de que a finales de año llegarán al 4,75% e incluso al 5% en 2001. Otros expertos en España tampoco esperan un movimiento rápido de un BCE, "acuciado por las circunstancias".

Subir hoy medio punto, hasta el 4,25% -como algunos anticipan para explicar la ligera recuperación del euro-, sería un golpe de efecto nada desdeñable. Sobre todo porque la Reserva Federal, el banco central de EE UU, se reúne el próximo 16 de mayo y es prácticamente seguro que subirá el precio del dinero medio punto, hasta el 6,50%.

Se trata de no perder el paso, porque al final "los mercados se mueven hacian donde pueden obtener más rentabilidad", explica Ángel Laborda, analista de la Confereración de Cajas de Ahorros. "El diferencial de tipos de interés a largo plazo entre la zona euro y EE UU se ha ampliado hasta los 120 puntos básicos", argumenta Miguel Sebastián, director del servicio de Estudios del BBVA.

Las inversiones, tanto directas como en cartera (Bolsa) en EE UU tienen un rendimiento del 26%, casi el doble de lo que suponen en la zona euro, añade Emilio Ontiveros, de Analistas Financieros Internacionales. Es decir que, se mire como se mire, hoy es más productivo invertir en dólares que en euros, entre otras razones, porque la economía estadounidense demanda capitales del exterior, al contrario que la europea.

EE UU ha crecido con mucha potencia en los últimos años, no ha generado suficiente ahorro interno, y su déficit frente al exterior se ha disparado hasta los 319.200 millones de euros, un 4% del PIB, más del doble que en 1996. La zona euro, por el contrario, mantiene un crecimiento más sosegado y su saldo frente al exterior ha sido positivo en 24.300 millones de euros.

"Lo que nos sobra se lo estamos prestando a EE UU", explica Laborda, para quien "esto no es bueno ni malo, sino una consecuencia lógica de la libertad de movimientos de capitales y de su adaptación a los ciclos económicos". Y está claro que EE UU vive una periodo de crecimiento mucho más prolongado de lo que se esperaba, mientras que la zona euro arranca poco a poco y con mucha menos fuerza.

Matt King coincide en que ésta es una de las causas de la debilidad el euro, que se refleja también en que las empresas europeas han acelerado sus fusiones y adquisiciones con empresas de EE UU. En el primer trimestre del año, estas operaciones han alcanzado los 22.000 millones de dólares, frente a los 60.000 millones de todo 1999.

No es sólo el efecto de la nueva economía, aunque también influye. "EE UU ha hecho una transición mucho mejor, con fuertes ganancias de productividad, que la zona euro, que está plagada de problemas estructurales", argumenta Fernando Fernández, director del servicio de Estudios del BSCH.

Es decir que, en la opinión más generalizada, cada uno tiene la moneda que se merece y no por ello hay que rasgarse la vestiduras. "Si nos ponemos en plan de rizar el rizo, en realidad lo que habría que decir es que el problema lo tienen los americanos", dice Ontiveros, "por su necesidad brutal de importar capitales, a los que tienen que remunerar".

Efectos positivos

Al contrario, a los principales países del euro les viene más bien que mal una moneda débil, porque les permite exportar más. Como explica Miguel Sebastián, a países como Alemania y Francia, que venden en dentro de la UE más de lo que exportan fuera, que el euro se deprecie respecto del dólar les beneficia. De hecho, ésta es una de las razones, junto a los bajos tipos de interés y la superación de la crisis asiática, que ha impulsado su recuperación económica.

Pero todo tiene un límite y éste el inquebrantable 2% de inflación que el BCE ha fijado para la zona euro. Con un dólar fuerte está claro que las importaciones se encarecen y éste es el riesgo que el BCE intenta evitar con subidas de tipos de interés. Aunque la zona euro rebasó ese tope en marzo, por una décima, es atribuible al alza del petróleo. Descontado este efecto, los precios apenas han subido un 0,9% en ese periodo.

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