"La paz se logra con justicia social, no con la violencia de las armas"
Se especializó en medicina tropical en París y trabajó en proyectos de cooperación en Ruanda, El Chad y Centroamérica. Pero de vez en cuando se le escapa un quillo que desvela su origen. Javier Freire es gaditano y desde hace cuatro meses, delegado de Médicos sin Fronteras para Andalucía. Dice que su trabajo es una vocación y un compromiso personal. Su currículo no deja lugar a dudas. Cuando estudiaba en Sevilla, allá por los setenta, ya colaboraba con colectivos marginados, cuando aún no se llamaban Cuarto Mundo. Ahora, junto con su organización, se ha embarcado en una campaña para el control de armas ligeras.P. ¿Por qué participa en la campaña?
R. Médicos sin Fronteras quiere ser fiel a su contenido fundacional de no hacer sólo asistencia, sino también denuncia. Esa es una de las grandes aportaciones de la organización a la cooperación. Un derecho fundamental es a vivir en paz porque sin ella no hay desarrollo. El Premio Nobel de la Paz que nos han dado es una gran responsabilidad y tenemos que trabajar en su construcción.
P. ¿Y por qué una campaña contra las armas ligeras?
R. De los 30 millones de personas que desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora han muerto en conflictos, el 90% ha sido por armas ligeras y el 90% han sido civiles. Por eso junto a Greenpeace, Amnistía Internacional e Intermond estamos en esta campaña, que supone no caer en la trampa de la pura asistencia. Yo puedo hacer miles de proyectos en Angola, que si no promuevo la paz, no sirve de nada. Y la paz se logra a través de la justicia social, no con armas.
P. ¿Por qué sólo se reclama transparencia?
R. El comercio de armas es imposible erradicarlo por eso nos planteamos objetivos realistas, no utópicos. Hemos alcanzado logros, como la erradicación de las minas antipersonas o el código europeo para este comercio. En España se están haciendo logros poco a poco. El problema es que si no hay transparencia, este comercio no es controlable y se estima que el 40% se hace en el mercado negro.
P. ¿Cuál es la situación de España?
R. España en sus acciones no cumple los criterios establecidos en el código de la Unión Europea porque ha exportado armas a países a los que no está permitido. Además, cada vez exporta más, de 33 millones en 1992 a 531 en 1998.
P. ¿Y qué puede hacer un ciudadano de a pie?
R. Lo primero, tomar conciencia. Las armas son un síntoma de problemas de fondo como la pobreza, el abandono político y social. Al exportar armas a esos países se está alimentando una cultura de la violencia. Se está promoviendo que los conflictos se hagan crónicos y la construcción de la paz sea más difícil. Hay países que venden el fusil y después dan la tirita. Te presto dinero, te exporto armas, te endeudo, te creo dependencia y después te mando ayuda en nombre de la solidaridad. Es un sistema perverso.
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