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Los empresarios mexicanos "ven con beneplácito" la ofensiva contra el BBVA

Juan Jesús Aznárez

La fuerte penetración de la banca extranjera en México, fundamentalmente española y norteamericana, ha sido el factor fundamental detrás de la ofensiva lanzada por el primer grupo financiero mexicano, Banamex Accival (Banacci), contra el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), cuyo proceso de fusión con Bancomer, el segundo banco nacional, corre peligro. La oferta de Banacci, que también pretende esa fusión, ha desencadenado en México un alud de reacciones, unas a favor (de la patronal, por ejemplo), y otras en contra.

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Manuel Medina, director general de Banacci, y Agustín Legorreta, ex presidente de Banamex, han reconocido, al menos en declaraciones de consumo interno, un trasfondo nacionalista en la oferta de compra hostil."Si esta fusión [la de Banacci y Bancomer] no se logra, el futuro de la banca mexicana es un futuro de propiedad extranjera, y eso es malo porque [los bancos mexicanos] no van a tener los tamaños necesarios para competir en un mercado global", declaró Legorreta. "Es muy importante que [los banqueros] sean gente que conoce el país, no alguien que viene del extranjero".

En ese mismo sentido se pronunció Medina al advertir contra el avance de los bancos extranjeros. Para el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales, Alejandro Martínez, los empresarios mexicanos "ven con beneplácito la eventual fusión".

Los portavoces sindicales, entre ellos Enrique Aguiar, secretario general de la Federación de Sindicatos Bancarios, alertaban, por su parte, sobre otra consecuencia: los despidos masivos. Según sus cálculos, de concretarse la fusión entre la filial de BBVA en México y el grupo Bancomer, desaparecerían entre 8.000 y 9.000 empleos, cifra que podría duplicarse si la fusión se efectúa con Banacci. Pero contrariamente a la opinión de Legorreta, varios observadores señalan que las colosales trampas e impericia en que incurrieron banqueros mexicanos durante años aconsejan el arribo de sistemas de trabajo más eficaces y transparentes, aunque sean extranjeros.

Otro asunto sometido a escrutinio es la comparación entre las dos ofertas a Bancomer, cuyas acciones subieron un 30,93% el día del anuncio del interés del Banacci. El BBVA comprometió 1.200 millones de dólares, 600 millones mediante una ampliación de capital y el resto en emisiones de bonos convertibles en acciones. Banacci desembolsaría únicamente 300 millones de dólares, y promete liquidar los 2.100 millones restantes a través de líneas de créditos y venta de activos. "Sería desbancar una oferta en firme por 1.200 millones de dólares para dar paso a otra a la mexicana, basada en saliva", opinó el analista Herminio Rebollo.

Aunque se observa bastante humo en la propuesta de Banacci, lo cierto es que respaldan la operación importantes bancos de inversión, adinerados mexicanos dispuestos a que un Banamex modernizado no pierda su primer puesto en la clasificación de bancos nacionales. "No sabemos si habrá penalizaciones o si Bancomer tiene las esposas puestas con el banco español", señala Philip J. Guarco, analista de Moody's. "Habrá que ver si el BBVA pone otros mil millones de dólares sobre la mesa".

El Gobierno, mientras tanto, guarda las distancias. El secretario de Hacienda, José Ángel Gurría, subrayó que las autoridades financieras de momento no pueden tomar una decisión. "Tendríamos que saber los detalles y ver si contamos o no con un planteamiento formal en el caso de que, efectivamente, el consejo de administración de Bancomer se inclinara a favor de esta opción, presentada casi dos meses después de un ofrecimiento similar hecho por el Banco Bilbao Vizcaya". Sólo si Bancomer mostrara interés por la oferta de Banacci, agregó, el Gobierno entraría en un período de análisis con los diferentes organismos de regulación.

En cualquier caso, el banco español quiere mantenerse ajeno a la polémica nacionalista suscitada en torno al control de Bancomer. Fuentes cercanas al BBVA explicaron ayer que la entidad ha mantenido conversaciones al respecto con el Ejecutivo mexicano y ha reiterado su confianza en que la operación de fusión con Bancomer siga adelante en los términos pactados.

Más riesgo

La cuidadosa diplomacia no impide, sin embargo, que se valore negativamente la oferta rival de Banamex. Según fuentes financieras españolas, la oferta de Banamex "no aporta capital nuevo; tan sólo existe una ampliación de capital de 500 millones de dólares que deberá ser aportada por los accionistas". 900 millones (600 de un tipo de deuda subordinada y otros 300 procedentes de Aegon) no suponen inyección alguna de capital. Y finalmente, los restantes 1.000 millones restantes "son producto de la venta de activos y no es más que el cambio de unos activos por otros, sin que suponga más capital". Además, añaden estas fuentes, "tras la venta de estos activos el perfil de riesgo del banco resultante sería más elevado".

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