Mafias chinas y marroquíes se asocian para traficar con inmigrantes orientales

Mafias chinas se han asociado con redes marroquíes de traficantes de personas para introducir clandestinamente en Europa a inmigrantes orientales. La policía ha constatado esta conexión tras la detención en Ceuta de Jun W., supuesto responsable de la entrada en dicha ciudad de una patera con 15 chinos indocumentados y del ocultamiento en un piso de otros 30. Los sin papeles habían llegado a Ceuta desde Casablanca, ciudad en la que había aterrizado el avión que los trajo desde Malaisia.

La entrada ilegal de asiáticos en Ceuta no es una novedad, pero hasta febrero las intentonas habían sido ocasionales y siempre de chinos que, solos o en pareja, trataban de sortear los controles fronterizos con pasaportes coreanos falsos. Hace unas semanas, una china se saltó por las bravas un puesto ceutí como paquete de una moto conducida por un marroquí. Ambos fueron detenidos tras sufrir un aparatoso accidente.La novedad ha sido la constatación policial de que las mafias chinas han contactado con redes de pasadores marroquíes y del África subsahariana para abrir una o más rutas estables para el tráfico de humanos. El destino final sería Madrid o Barcelona, ambas con una importante colonia china.

Las pesquisas fueron iniciadas en febrero por la Brigada de Documentación y Extranjería de Ceuta tras detectar en la ciudad a más chinos de lo habitual. La policía localizó a un grupo de indocumentados y les tomó declaración. "No querían hablar por miedo a la organización que los trajo", aseguraron ayer fuentes policiales. No obstante, se les sonsacó que, hartos de esperar durante dos meses su viaje a Europa, habían escapado de una casa en la que habían sido ocultados por compatriotas suyos que les habían quitado el pasaporte. Y contaron que en ella había más retenidos.

Los chinos interceptados, la mayoría mujeres, relataron que habían llegado en avión a Casablanca desde Malaisia. Allí les esperaban varios conciudadanos, quienes, a su vez, les gestionaron su embarque en patera para llegar a Ceuta. El viaje desde Malaisia les había costado 5.000 dólares (unas 900.000 pesetas), cantidad que les había prestado un grupo mafioso chino. Los sin papeles iban a devolver el dinero "trabajando en bares de alterne, ejerciendo la prostitución, y en talleres clandestinos" de confección.

La siguiente pista sobre la red mafiosa llegó por mar: varados en la playa de Benítez fueron localizados 15 chinos (nueve mujeres y seis hombres) que acababan de ser desembarcados de una patera y una zodiac procedentes de Marruecos. La policía controló posteriormente a cinco asiáticos que celebraban reuniones con responsables "de varias redes de pasadores" para organizar un salto a la Península. Uno de ellos era Jun W. Su seguimiento permitió la localización, el 26 de abril, de un piso en la calle de González Besada en el que se escondían diez chinos, la mayoría mujeres. Un total de 28 han sido alojados en un centro de acogida en Ceuta.

Los interrogatorios del supuesto cabecilla de la red y presunto contacto de las mafias chinas en la zona permitieron determinar que en los últimos meses habían pasado por esa casa al menos una treintena de chinos. Jun W., en la línea de los miembros de las mafias chinas, apenas abrió la boca, por lo que la policía está convencida de que su silencio permitió huir a cuatro colaboradores en Ceuta "y a sus contactos en España, Marruecos e incluso en Portugal", motivo por el que las investigaciones siguen en marcha.

La policía concluye que la asociación de mafias chinas y marroquíes ha permitido mantener abierta en los últimos meses una ruta estable por la que han entrado al menos medio centenar de chinos: Malaisia-Casablanca-Ceuta-costas de Cádiz. Los sellos estampados en los pasaportes de chinos localizados así lo acreditan. La mayoría de estos documentos no han aparecido, por lo que se sospecha que las mafias chinas los han retenido para reutilizarlos.

La apertura de las nuevas rutas estaría motivada por el agotamiento de las tradicionales (Rusia o Alemania), así como por el "efecto llamada" de la Ley de Extranjería, según fuentes policiales. "Y si les cortamos esta vía abrirán otra", precisan.