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La dimisión de otro consejero pone al Gobierno de Melilla al borde de la crisis

La dimisión, ayer, del consejero de Empleo de Melilla, Francisco Suárez, del Grupo Independiente Liberal (GIL), y la posibilidad de que se pase al Grupo Mixto -todavía se lo está pensando, dijo- como hizo poco más de un mes atrás el que era su homólogo de Recursos Humanos, Francisco Robles, del Partido Independiente de Melilla (PIM), pone al borde de la crisis al Gobierno que preside Mustafa Aberchan. Su mayoría podría reducirse a la mínima expresión: 13 escaños (los cinco de su partido, Coalición por Melilla; seis del GIL y dos del PIM) de los 25 de la Asamblea.Así, el portavoz parlamentario del PP y ex presidente de la ciudad autónoma, Ignacio Velázquez, advirtió ayer de que su formación negocia ya con las restantes de la oposición la opción de presentar una moción de censura contra Aberchan con la incorporación en su caso, a modo de excepción al pacto contra el transfuguismo, de Suárez y Robles. Ese acuerdo, argumentó, fue suscrito a nivel nacional, no local, y el GIL y el PIM están, además, en un proceso de "disolución".

A su vez, Antonio Gutiérrez, el presidente de los populares, que tienen cinco escaños -la Unión del Pueblo de Melilla (UPM) cuenta con tres y el PSOE con dos-, abundó en la idea de que, en política, nada es descartable y que todo se podría precipitar si hubiera más dimisiones.

Falta de presupuesto

No obstante, Suárez aún no ha concretado si mantendrá su apoyo a Aberchan, se irá al Grupo Mixto o renunciará a su condición de diputado. Ayer, cuando reveló que en octubre ya comunicó al GIL su baja como afiliado y que venía actuando bajo sus siglas como independiente, justificó su adiós a la consejería por la falta de presupuesto y la nula labor que desde ella podía hacer.

"No estoy en la política para ganar cada mes un sueldo y no poder hacer nada de gestión", dijo; "no se ha dado contenido a esta consejería. Pero la culpa de todo no la tiene Aberchan, que se dedica a coordinar los problemas de todos los partidos que gobiernan, sino la falta de firmeza del GIL, un partido sin disciplina ni estructura organizativa". Suárez añadió, como un anticipo de más dimisiones en días sucesivos, que este descontento es el mismo que sienten otros diputados del GIL.

En su opinión, sin embargo, una moción de censura no es la mejor solución para la ciudad: "Está claro que en Melilla no puede haber un Gobierno que dure más de un año".

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La sombra de esta medida planea sobre Aberchan desde que Robles dimitió como consejero de Recursos Humanos casi con los mismos argumentos utilizados ahora por Suárez: "Falta de presupuesto y estar dentro de un partido, el PIM, que sirve sólo a los intereses de su presidente, Enrique Palacios, y que ha dejado en el camino los ideales con los que nació y con los que se convenció al electorado".

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