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Monigotes contra el fisco

Ginés Donaire

Las calles de Jimena (Jaén) recibían ayer a los visitantes con unos curiosos personajes con cabeza de cerámica y estómago de paja. Eran los llamados Tíos de Ricia, una tradición que da nombre a los antiguos recaudadores de impuestos y que se viene celebrando desde hace tres siglos cada 3 de mayo. Hasta una treintena de muñecos ataviados con trajes de otras épocas estaban aposentados a lo largo de la carretera que atraviesa este pequeño municipio de Sierra Mágina, ante la mirada atónita de viajeros sorprendidos y las bromas de los vecinos que les habían dado vida.Los personajes simbolizan la burla que los jimenatos -así se llaman los originarios de Jimena- realizaban de los recaudadores de impuestos durante la época de Carlos III, el monarca que encarnó en España el Despotismo Ilustrado en el siglo XVIII. Desde entonces esta costumbre se ha ido heredando de padres a hijos y se convierte en una excelente oportunidad para demostrar la creatividad artesanal de estos vecinos. Claro que los tiempos cambian, y si antes los monigotes se rellenaban de paja ahora se utiliza la hierba, aunque sigue manteniéndose la vasija de cerámica para crear la cabeza de estos curiosos personajes. Los hay para todos los gustos y en diferentes posiciones. Desde los que recrean el interior de una taberna, hasta los que escenifican diferentes profesiones del mundo rural.

De igual forma, el paso del tiempo ha llevado a algunos vecinos a crear monigotes alusivos a personajes de las revistas del corazón, como es el caso de Juana Biedma, de 70 años, que escenificó en las puertas de su casa la turbulenta relación entre Rociíto y Antonio David. Pero eso no es lo habitual. Como tampoco lo es que estos personajes sean ahora motivos burlescos contra los actuales recaudadores locales y estatales, y eso que no ha hecho más que empezar la temida declaración de la Renta.

"Menos mal que no se meten con nosotros", suspira el alcalde de Jimena, Fernando Almagro, que admite que también ellos han tenido que mostrar la cara más amarga al aprobar recientemente una subida de más del 20% en la tasa del agua y en otros impuestos municipales.

Por si acaso alguien repara en esta decisión, el Ayuntamiento de Jimena premia con 3.000 pesetas a cada monigote realizado por los vecinos. Aunque los dos considerados por el jurado como más originales, que este año han correspondido a la Peña Flamenca y la Asociación de Mujeres, se llevan 20.000 y 15.000 pesetas. Menos da una piedra.

Al atardecer, con el paso de la procesión de la Santa Cruz los monigotes se recogerán y dirán adiós hasta el próximo año, en que volverán a las calles de Jimena con distintos trajes, pero con idéntico espíritu de mofa.

Se trata, sin duda, de una de las más singulares celebraciones que tienen lugar en la provincia el Día de la Cruz, fiesta local en al menos una docena de municipios. Muy cerca de Jimena, en Albanchez, tiene lugar una curiosa procesión nocturna donde las calles se iluminan única,mente con la luz que desprenden las antorchas que portan los vecinos.

Se denomina la procesión de los Hachones, nombre que reciben las velas de grandes dimensiones que se elabora con esparto verde recogido en las laderas del pico Aznaitín. Esta tradición, pese a tener un origen pagano, gira en torno al santo rosario, pues las cinco hogueras que se levantan representan los cinco misterios.

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