El Supremo ratifica la pena de 17 años de cárcel al acusado de matar a un joven

La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 17 años y seis meses que impuso la Audiencia de Madrid a Antonio de Lucas Andreu, El Mechinas, por el asesinato del estudiante Fernando Bertolá en 1997 en Majadahonda. De Lucas le mató de una cuchillada en el corazón durante una "absurda" discusión entre dos grupos de jóvenes acerca de quién de ellos debía ceder el paso al otro en una acera de ese municipio. La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha desestimado así los recursos presentados contra la sentencia de la Audiencia de Madrid, que condenó también a Antonio de Lucas por las lesiones causadas a Luis Miguel F., amigo de la víctima, al pago de 600.000 pesetas.

La Audiencia y ahora el Supremo declaran probado que en la madrugada del 28 de junio de 1997, cuando Fernando Bertolá y Luis Miguel, de 21 y 20 años, respectivamente, caminaban por una calle de Majadahonda, se cruzaron con el procesado y dos amigos y se originó una discusión tras rozar la víctima con su hombro a uno de ellos.

Según la Audiencia, las víctimas estaban situadas frente a los dos amigos de Antonio de Lucas. Pese a que éste no participaba en la discusión y sin que ninguno de los miembros de ambos grupos se apercibiera de ello, el procesado sacó una navaja y "se la clavó sorpresivamente" a Luis Miguel en el muslo de la pierna derecha. Por estas lesiones, el procesado fue condenado a otros tres años y seis meses, lo que eleva su pena a 21 años, incluidos los 17 y seis meses por el asesinato. Tras el navajazo en el muslo, De Lucas asestó una cuchillada en el hemitórax izquierdo a Fernando, que estaba discutiendo "y sin posibilidad de reaccionar a tal agresión".

El Supremo desestima, asimismo, el recurso presentado por Eduardo Alarcón, abogado de Antonio de Lucas, respecto a la atenuante de ingesta alcohólica y de drogas, y considera que la Audiencia de Madrid la aplicó de forma correcta. Recuerda que las personas que vieron esa noche al condenado y a sus amigos antes de que sucedieran los hechos han declarado que "estaban contentos, no borrachos".