Los catalanes sitúan al PP en posiciones cercanas a la extrema derecha, según el CIS
El giro moderado y catalanista que el Partido Popular (PP) inició en Cataluña en 1996 no ha tenido, de momento, el efecto esperado. Los últimos estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) específicos para Cataluña -realizados entre septiembre y noviembre de 1999- revelan que los catalanes sitúan al PP cerca de la extrema derecha, que el rechazo hacia este partido es muy alto y que la cúpula regional no satisface ni a los simpatizantes del PP.
En septiembre de 1996, la dirección nacional del PP forzó el relevo de Aleix Vidal-Quadras como presidente regional y su sustitución por Alberto Fernández Díaz con el objetivo de que el PP se acercara lo más posible al centro político también en Cataluña. No obstante, los estudios del CIS muestran que el PP no ha conseguido aún que los ciudadanos lo vean como un partido centrado en esta comunidad.Tras las últimas elecciones autonómicas, el CIS realizó una encuesta con una muestra de 1.370 personas mediante entrevistas en los domicilios de los encuestados. Según este trabajo, los ciudadanos de Cataluña se sitúan mayoritariamente en posiciones de centro izquierda y al mismo tiempo consideran que el PP sigue representando posiciones extremistas: en una escala en la que el 1 equivale a la extrema izquierda y el 10 a la extrema derecha, los catalanes se sitúan en una media de 4,57. En cambio, ven al Partido Popular de Cataluña en la posición de 8,5, rozando por tanto la extrema derecha.
Algo parecido sucede en cuanto al catalanismo, el otro eje sobre el que gira la política catalana. En una escala en la que el 10 representa la postura de "máximo nacionalismo catalán", la media de los catalanes se coloca en el 5,43, mientras que los ciudadanos otorgan al PP una posición muy alejada del centro: el 2,16.
Rechazo
Los conservadores siguen provocando un grado de rechazo muy elevado entre los electores catalanes, que se mueve en cifras muy superiores a las de las otras formaciones políticas del Parlament. En la encuesta del CIS mencionada, el 66% de los ciudadanos dicen sentirse "distantes o muy distantes" del PP de Cataluña, lo que supone más de 20 puntos de rechazo por encima de cualquier otro partido.
Ninguna otra formación tiene un rechazo superior al 50%. Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V), con menos de la mitad de diputados que el PP en el Parlament, tiene un rechazo del 43%; Esquerra Republicana (ERC), del 41%; el Partit dels Socialistes (PSC), del 34%, y Convergència i Unió (CiU), del 28%. Además, sólo el 1,5% de los encuestados se consideran "muy cercanos" al PP, lo que supone también el porcentaje más bajo de entre todos los partidos.PASA A LA PÁGINA 5
Aumenta la distancia entre los votos que el PP obtiene en las autonómicas y las generales
VIENE DE LA PÁGINA 1 Los encuestas tampoco dejan en buena situación al presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, que aspira a renovar su mandato al frente del partido conservador catalán en el congreso regional que la formación celebrará el próximo otoño. Otro sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas, realizado en octubre de 1999 con una muestra de 3.600 personas, refleja que ni siquiera la mayoría de los simpatizantes del PP desean que se convierta en presidente de la Generalitat.
En este trabajo, elaborado justo antes de las pasadas elecciones autonómicas, se evidencia que sólo el 37% de los votantes y simpatizantes del PP citan a Alberto Fernández cuando se les pregunta a quién preferirían como presidente de la Generalitat. Ningún otro líder tiene un porcentaje tan precario entre sus propios votantes: las personas que citan a Rafael Ribó representan el 49% de los simpatizantes y votantes de IC-V y las que citan a Josep Lluís Carod llegan al 57% de los de ERC.
Pasqual Maragall (PSC) y Jordi Pujol (CiU) superan el 100%. Esto significa que Maragall (118%) y Pujol (115%) tienen un carisma que va más allá de los simpatizantes y votantes de sus respectivos partidos: el número de personas que desean verlos en la presidencia de la Generalitat es superior al de ciudadanos que se declaran simpatizantes de sus partidos.
Liderazgo
La última de las encuestas anuales que ha publicado el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS) no es más benevolente con Alberto Fernández. El sondeo de este centro adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), realizado en octubre de 1998 con una muestra de 2.000 personas, descubre que los votantes del PP valoran más a Pujol y a Maragall que al presidente regional del partido.
En una escala del 0 al 10, en la que el 0 representa la peor puntuación y el 10 supone un sobresaliente, Pujol obtiene un 6,8 entre los votantes del PP y Maragall consigue un 5,8. Fernández Díaz logra sólo el 5,5.
Los datos del CIS han encendido la luz de alarma entre los dirigentes del PP y vienen a añadirse al análisis de los resultados del último ciclo electoral. Todos los datos de que disponen los dirigentes del partido muestran que los catalanes son cada vez menos reticentes a la gestión del Gobierno del PP en España, pero siguen colocando sobre el partido en Cataluña todos los estigmas que históricamente han impedido su crecimiento en esta comunidad.
En las últimas elecciones generales, el PP rompió su techo en Cataluña al situarse en el 23% de los sufragios. No obstante, en todos los comicios precedentes, en los que se evaluaba exclusivamente a los candidatos catalanes, los conservadores retrocedieron severamente: en las municipales de junio de 1999, el PP perdió 80.000 sufragios, y el golpe fue aún más duro en las autonómicas de octubre: perdió 125.000 votos y pasó de 17 a 12 diputados.
De ello se desprende otro dato que preocupa a la cúpula del PP y que refleja que no se ha corregido la debilidad específica del partido en Cataluña: en 1995 el PP consiguió en las autonómicas el 73% de los votos que pocos meses después logró en las generales. El porcentaje se ha reducido casi a la mitad en el último ciclo: en las autonómicas de 1999, el PP sólo obtuvo el 42% de los votos que cinco meses después respaldaron a Aznar en las generales.
Por otra parte, Alberto Fernández advirtió ayer a Jordi Pujol que el PP le retirará el apoyo en el Parlament si opta por "controversias nacionalistas" y por "estrategias de reivindicación permanente". "Una legislatura en clave nacionalista es incompatible con un entendimiento con el PP", afirmó en TVE.
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