El Depor se aboca a sufrir hasta el final El líder también cae en Balaídos ante un rival que jugó casi toda la tarde con un hombre menos
Definitivamente, el camino del Deportivo hacia el título estará repleto de sufrimientos y taquicardias. Ni siquiera el estímulo añadido de medirse a su eterno rival mudó la triste historia que escribe el líder cada vez que abandona su estadio. El Deportivo volvió a ser una calamidad en Balaídos, pese a que su adversario jugó casi toda la tarde con un hombre menos tras una polémica decisión del árbitro. El Celta hizo todo lo posible por chafar la fiesta de su adversario, y a base de empeño y decisión acabó llevándose un partido lleno de tensión e incidentes: hubo tres expulsados, lanzamiento de objetos contra los jugadores y una carga policial en la grada.La historia de los clásicos gallegos va por rachas. Hasta hace poco, la tensión solía agarrotar a ambos contendientes, y los duelos, por lo general, salían planos, anodinos, abocados al triste empate sin goles. Pero esta temporada todo ha cambiado de forma radical, y ahora el nerviosismo se manifiesta del modo más agradecido por el espectador: los partidos se impregnan de emoción e incertidumbre, y desde el primer minuto da la impresión de que nada de lo que sucede resulta irrelevante.
CELTA 2DEPORTIVO 1
Celta: Pinto; Celades, Cáceres, Sergio, Juanfran; Makelele, Giovanella; Gustavo López (Coira m. 79), Karpin, Revivo (Vivas m. 58); y Mc Carthy (Turdó m. 58).Deportivo: Songo'o; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Schürrer (Romero m. 46); Flavio (Turu Flores m. 46), Mauro Silva; Víctor (Pauleta m. 75), Djalminha, Fran; y Makaay. Goles: 1-0. M. 4. Centro desde la derecha Gustavo López, Mc Carthy mete la punta de la bota y eleva por encima de Songo'o. 1-1. M. 46. Víctor abre al lateral derecho para Makaay, quien deja a Turu Flores, que remacha de disparo raso. 2-1. M. 74. Donato calcula mal la salida y deja solo a Gustavo López, que marca de un magnífico remate por la escuadra. Arbitro: Lonch Andreu. Expulsó a Juanfran (m. 12), a Romero (m. 83) por doble amonestación y a Songo'o (m. 90) por desviar un balón con la mano fuera del área. Amonestó a Makelele, Celades, Makaay, Fran, Vivas, Karpin. Cerca de 30.000 espectadores en Balaídos.
Ayer, desde el momento inicial, los acontecimientos no concedieron una sola tregua. Como era previsible, el Deportivo se topó con un recibimiento muy hostil, y las pasiones se encendieron aún más cuando Celta logró adelantarse en su primera aproximación al área. Apenas habían transcurrido cuatro minutos y aún resultaba difícil adivinar el perfil del partido, pero una hermosa acción combinada entre Gustavo López y Mc Carthy tumbó al líder. En la posición de extremo derecho, López metió un centro muy delicado, con una sutil vaselina, que recibió el surafricano en el vértice izquierdo del área. Aunque Mc Carthy contó con la ayuda de Manuel Pablo, quien se precipitó al intentar cortar la pelota, la acción del delantero del Celta fue estupenda: metió la punta de la bota según le cayó el cuero, lo justo para elevarlo sobre la salida de Songo'o.
El Deportivo se encontró en una situación extraordinariamente comprometida, y los antecedentes resultaban poco alentadores para el líder, incapaz de superar cualquier marcador en contra fuera de casa. Pero antes de que tuviese tiempo de sentir miedo, el Deportivo encontró un auxilio inesperado. Antes del saque de un córner, Juanfran y Víctor forcejeaban en el área y el celtista respondió con un manotazo en la cara del rival. Víctor le puso teatro al asunto y se cayó retorciéndose como si le hubiesen tiroteado allí mismo. El árbitro consultó con el juez de línea y se empeñó en complicarse la vida: expulsó a Juanfran con casi 80 minutos por delante.
En una simple acción, el partido había dado un giro completo y el Deportivo así pareció entenderlo. El Celta se retrajo, se acomodó tácticamente a la nueva situación y dejó que fuese el adversario el que diese la cara. El Deportivo tenía toda la tarde por delante, pero actuó como si el partido estuviese a punto de terminar. Trató de resolver por la vía rápida y lo que logró fue enmarañarse en una sucesión de imprecisiones sin cuento. Ver al líder hilvanando más de tres pases consecutivos resultó una aspiración imposible. Tan sólo un par de apariciones de Víctor y Fran por las bandas llevaron inquietud a la meta local. Pero, además de la espesura de su juego, el Deportivo tenía que lidiar con los contragolpes del Celta, basados sobre todo en la habilidad de Gustavo López, quien condenó a Schürrer a vivir un suplicio. En el minuto final de la primera parte, Revivo incluso perdió la ocasión de dictar sentencia en un mano a mano ante Songo'o.
En el descanso, Irureta tomó conciencia de que su equipo necesita un vuelco, introdujo a Romero y Turu Flores, y pasó a jugar con un solo medio centro. Los resultados del experimento fueron fulminantes: al minuto de juego, Flores agrandó su leyenda de bestia negra del celtismo y cazó el empate tras una rápida combinación entre Víctor y Makaay que pilló desprevenida a la defensa viguesa. Paradójicamente, el gol no benefició nada al juego del Deportivo, que poco a poco volvió a esa actitud conformista que tan a menudo exhibe fuera de casa, con resultados notoriamente perniciosos. Víctor Fernández reaccionó con inteligencia y, en vista de que su rival desguarnecía el centro del campo, también hizo dos cambios simultáneos para recuperar el doble pivote y tratar de hacerse con el dominio del juego. A base de arrojo y azuzado por su afición, el Celta se sobrepuso a la inferioridad numérica, entre el creciente desconcierto del Deportivo. A partir del magnífico gol de Gustavo López, todo fueron desgracias para el líder: primero las expulsiones de Romero y Songo'o, y, finalmente, la rechifla general de Balaídos, que se regodeó en los agobios deportivistas entonando a coro: "adiós, a la Liga, adiós...".
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