El pacto presupuestario consolida al PP como aliado de hecho de Convergència i Unió

La alianza de hecho entre el Gobierno de CiU y el PP dio ayer otro paso con el cierre del pacto presupuestario. Ha sido un acuerdo en dos tiempos. El primero permitió derrotar las enmiendas a la totalidad presentadas por la izquierda. El segundo permitirá la aprobación del articulado del proyecto. El PP ha arrancado compromisos sustanciales, como el de elaborar antes de fin de año una nueva ley del suelo de orientación liberalizadora, y otros de valor simbólico, como subvenciones largamente reclamadas por el Institut d'Estudis Catalans (IEC) y la Abadía de Montserrat. O el de invertir en la Fira de Barcelona y llevar el metro a su recinto del polígono Pedrosa, en L'Hospitalet.

Los conservadores cifraron en 36.000 millones de pesetas el montante de las enmiendas que el Gobierno de Jordi Pujol ha aceptado. La mayoría corresponde a 88 actuaciones sobre el territorio, que figurarán como ampliación del anexo de inversiones.El acuerdo fue solemnizado con la firma, en la mañana de de ayer, de la lista de estas inversiones por el consejero de Economía, Artur Mas, y el presidente del grupo parlamentario del PP, Alberto Fernández Díaz. Mas se congratuló del pacto que le permitirá aprobar el proyecto y destacó que "no altera el equilibrio presupuestario".

Los diputados del PP que lo han negociado, Dolors Nadal y Josep Maria Fabregat, valoraron particularmente el compromiso de elaborar una ley del suelo de sentido liberalizador para antes del 31 de diciembre, el incremento de 5.000 pesetas para la ayuda escolar a familias con hijos menores de tres años, y un aumento de 1.500 millones de pesetas en las inversiones para las universidades.

Nadal y Fabregat destacaron de manera especial el compromiso de invertir en la Fira de Barcelona "cuando se cierre el acuerdo entre las instituciones que la integran". El PP apoya que el Gobierno catalán participe en la Fira, pero defiende que la presidencia recaiga en la autoridad municipal.

Respecto a la Fira, el acuerdo presupuestario prevé también destinar inversiones para prolongar la red del metro a las instalaciones del polígono Pedrosa de L'Hospitalet, junto a la Zona Franca. Conseguir que el metro llegue a la Zona Franca fue uno de los grandes objetivos de Pasqual Maragall en su época de alcalde, cuando el hoy consejero Mas y el diputado Alberto Fernández eran concejales en el Ayuntamiento de Barcelona. Pujol lo rechazó siempre. El pacto de estos dos últimos sobre el Presupuesto de la Generalitat incluye esta prolongación del metro en el Plan Director de Infraestructuras para el periodo 2001-2010.

Los diputados del PP no ocultaban su satisfacción por la evolución política que les ha convertido, finalmente, en la "pareja de baile" de CiU. En algún momento, antes de las elecciones legislativas, pensaron que ERC podía arrebatarles este papel.

El PP pretende explotar a fondo esta situación. La mayor parte de las inversiones territoriales se destinan a equipamientos de gran impacto popular, como guarderías e instalaciones deportivas. Y algunas de las enmiendas que obligaron a aceptar a CiU muestran una cierta desorientación de los nacionalistas. "Les vamos a comer su propio espacio político", comentó ayer uno de los diputados. Lo decía porque el PP ha conseguido incluir en el proyecto de presupuestos, entre otras cosas, las siguientes: una subvención de 200 millones de pesetas que había sido solicitada reiteradamente por la Abadía de Montserrat; elevar hasta 400 millones la subvención para el Institut d'Estudis Catalans, que el proyecto de CiU mantenía en 325 millones. Aumentar en 10 millones, hasta 35, la subvención para el Consejo Nacional de la Juventud de Cataluña, y establecer otras para colectivos a los que los pujolistas alardean de prestar particular atención, como las asociaciones de disminuidos.