El Gobierno responde con 100 policías a la ola de atracos en Lavapiés. La Delegación del Gobierno pide la colaboración de las embajadas de Marruecos y Argelia
Contra los menores inmigrantes que delinquen mucho, más policía y rápidas expulsiones de España. Son las recetas principales acordadas ayer por la Delegación del Gobierno para combatir el incremento de la delincuencia en Lavapiés (Centro). Un despliegue diario de cien policías patrullando las calles y la agilización de los trámites para repatriar a los menores magrebíes que atracan a turistas extranjeros y comerciantes chinos fueron las medidas de urgencia anunciadas anoche por la Delegación de Gobierno para responder al aumento de robos con violencia en Lavapiés. La creciente delincuencia en el barrio ha desatado un clima de inseguridad y crispación entre los vecinos.Las fechorías, según la policía, son cometidas por un peligroso grupo de 30 magrebíes, armados con navajas, muchos de ellos menores y adictos a los estupefacientes. En el barrio son conocidos como "la banda del pegamento" porque sus integrantes esnifan cocaína y otras sustancias análogas.
Este grupo, que comete el 70% de los robos del distrito Centro, era vigilado hasta el pasado martes por 40 policías de proximidad del Cuerpo Nacional de Policía y 20 agentes municipales. Desde anoche se suman a las patrullas de seguridad otros 30 agentes de proximidad y una decena de policías municipales, por lo que en la calle hay ya cien policías encargados de perseguir el delito en Lavapiés. En junio llegarán refuerzos: otros 80 agentes de prácticas del Cuerpo Nacional de Policía recién graduados en Ávila.
Cada uno de los jóvenes delincuentes magrebíes, cuyo centro de operaciones es Lavapiés, ha cometido al menos diez robos, según la policía. Al ser detenidos ofrecen identidades falsas y declaran que tienen menos de 16 años. Así consiguen ser internados en centros tutelados, de los que escapan con facilidad. Por eso, pese a sus reiterados delitos, regresan a Lavapiés y vuelven a atracar. Ante esta impunidad, el delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades, busca mecanismos para agilizar la repatriación de estos delincuentes: "Queremos conseguir que sean devueltos a sus familias, ya que se niegan a integrarse en la sociedad. Pero nos encontramos con el problema de no encontrar a sus parientes".
El delegado del Gobierno en Madrid, Pedro Núñez Morgades, convocará una reunión la semana próxima con los embajadores de Marruecos y Argelia para acordar otras medidas de choque de carácter social. Morgades recordó ayer que hace año y medio se repitió la situación actual de inseguridad en el barrio de Lavapiés. "También entonces irrumpió un grupo de 40 delincuentes con violencia que practicaba tirones y robos y se tomaron medidas policiales disuasorias y medidas sociales que dieron fruto", dijo Núñez Morgades, que espera que la presencia policial también consiga resultados.
Morgades, que calificó el barrio de Lavapiés como una zona multirracial donde conviven muchas culturas, aseguró que en las calles hay "una lógica intolerancia frente al delito".
El delegado del Gobierno reconoció que la "banda del pegamento" está "muy envalentonada por la impunidad de sus actos", por lo que Núñez Morgades ha decidido solicitar un encuentro con el decano de los jueces madrileños y con el presidente de la Audiencia Provincial para tratar de perfeccionar los métodos de identificación de los delincuentes, que en su mayoría no portan documentación y se declaran menores de edad, por lo que ni siquiera se les puede tomar las huellas de identidad ni fotografías.
Convivencia
Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, cuya sede está situada en la plaza de Cabestreros, en Lavapiés, aseguró que no hay problemas de convivencia ni de racismo en el barrio, pero sí "un enorme malestar por la incapacidad de neutralizar la sistemática violencia de este grupo, no todos menores".
A su juicio, la banda "ha encontrado como hábitat natural" esa zona, y sus actuaciones se ven favorecidas por la degradación urbana y las obras que se llevan a cabo en el barrio, que incluso dificultan el acceso de los policías motorizados. Ibarra resaltó la labor de la policía de proximidad en el barrio, pero mostró su preocupación por la "ineficacia" de la actuación judicial. "Algunos de los miembros de la banda han estado detenidos en 40 ocasiones y siguen en la calle intimidando", dijo Ibarra.
Ayer mismo la policía detuvo a tres magrebíes, uno de ellos menor, acusados de varios robos con intimidación contra viandantes en el distrito Centro a los que ocasionaron lesiones, según la Jefatura Superior de Policía.
La primera intervención policial se desarrolló frente al número 18 de la calle de Alcalá, donde fue arrestado Annuar D., de 18 años, por varios robos con intimidación. Los agentes le decomisaron una navaja manchada de sangre, una cámara fotográfica y un bolso con tarjetas y documentos a nombre de un ciudadano ucranio. Este último, que iba acompañado de su esposa, fue asaltado por Annuar con un arma blanca con la que le provocó heridas en una mano, de las que fue asistido en la clínica de la Concepción.
Durante la madrugada también fue detenido Aziz E.H., de 16 años, que, acompañado de otros dos individuos, arrebató el bolso y golpeó en la cara a una mujer alemana de 29 años en la calle de la Cruz, cerca de la plaza del Ángel.
Funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía lograron detener a Aziz y le intervinieron un bolso que llevaba escondido entre sus ropas y que contenía dinero en moneda alemana, tarjetas de crédito y otros efectos personales.
La víctima, que fue asistida en la casa de socorro de lesiones leves, iba acompañada en el momento del robo por una hermana suya de 27 años. El ladrón ya ha estado detenido en dos ocasiones por robo y hurto en vehículo, según los datos facilitados por la policía.
La tercera detención en el centro de Madrid se produjo a las 5.18 del miércoles en la confluencia de Gran Vía con la calle de Fuencarral.
El detenido, Rabie E.O., de 21 años, asaltó a un ciudadano ecuatoriano de su misma edad, a quien produjo una contusión leve en el cuello, según la policía. El presunto delincuente, según consta en la denuncia, arrebató a su víctima un teléfono móvil y el pasaporte.
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