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BALONCESTO Final a Cuatro en Salónica

El Barça, ante el escollo israelí

Aíto pide a los azulgrana contra el Maccabi la misma tensión que en el Palau Blaugrana

Robert Álvarez

¡Cuidado con este Maccabi al que, de tanto ganarle en los últimos años, se corre el riesgo de menospreciar! Atención porque está en la Final a Cuatro con todos los honores, porque le ganó los dos partidos al Caja San Fernando -llegando a dominar por un parcial de 28-62 en uno de ellos- y porque se impuso al poderoso Bolonia en cuartos de final con 29 puntos y 19 de 19 tiros libres -¡qué capacidad para forzar faltas!- de una de sus figuras, el poderoso Nate Huffman, ex pívot del Fuenlabrada que se ha convertido en uno de los jugadores más destacados de esta Euroliga. Y sobre todo, ojo al parche, con la defensa de los israelís, dura, compenetrada, de lo más pillina. Estas son algunas de las consignas que ha impartido Aíto García Reneses en las horas previas a la semifinal que disputa el Barça hoy (17.30, La2) en su séptima participación en una Final a Cuatro. Buscará el Barça su sexta clasificación para la auténtica final que siempre se le ha resistido y en la que estará el vencedor del otro partido entre el Panathinaikos y el Efes de Estambul (20.00).Y no es que Aíto esté especialmente obsesionado por el rival. Al menos eso es lo que él asegura y lo que repiten sus jugadores. "Es bueno que conozcamos cuáles son sus armas pero si nos centramos en nuestro juego, tenemos grandes posibilidades", certifica Rodrigo De la Fuente quien resta importancia al hecho de que el Barça, curiosamente por su historial, sea el equipo más joven del torneo: sólo queda Dueñas de la última final perdida en 1997, aunque Digbeu con el Villeurbanne y Goldwire con el Olympiakos también han estado ya en el torneo más importante del baloncesto europeo.

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Temor a la defensa

El Barça ha preparado el partido dando por sentado que su principal obstáculo será la defensa que practica el Maccabi . "Ponen esa defensa en práctica de una manera muy inteligente y con muy buena comunicación en el campo", asegura Aíto. "Ello les permite efectuar bloqueos o cambios de hombre sobre la marcha, cortar más arriba o más abajo, aclarar, presionar aquí o allá". Y en esta circunstancia apela Aíto a la intensidad con la que sus jugadores suelen actuar en el Palau Blaugrana, y que, según constató, raramente ha exhibido cuando ha actuado lejos del calor de su público. El Barça deberá amoldarse como si nada a una pista, neutral sobre el papel, pero en la que será el menos apoyado desde la grada y también a la línea de tolerancia que marquen los árbitros del partido, aspecto que también subrayó ayer el técnico barcelonista y que puede incidir en la capacidad ofensiva de dos equipos a los que les gusta correr al contraataque y que no suelen especular a base de aguantar hasta el final los 30 segundos de posesión de cada jugada.

Derrick Alston, el pívot talismán después de haber ganado las tres últimas Ligas en que ha participado con tres equipos diferentes -Efes, TDK Manresa y Barça-, en su dificultoso castellano es de lo más gráfico respecto a Huffman: "Me enfrenté a él cuando estaba en el Fuenlabrada. Es un cinco muy rápido que puede jugar por fuera. Pero nada especial. Es increíble, ahora parece un dios. Para mí la clave será controlar a McDonald". El tal McDonald es un base americano con pasaporte esloveno después de haber jugado en el Olimpia Liubliana y que ejerce como cerebro del Maccabi, además de ser a menudo su mejor cañonero (casi 14 puntos de media por partido sólo por detrás de Huffman con 17,5). Por lo demás, el Maccabi cuenta con el veterano ala pívot Henefeld -con déficit de centímetros cuando juega dentro, pero con buena mano para salir y tirar desde fuera o para hacer valer su estatura cuando actúa como alero-, el escolta Sheffer y otro pívot americano, Dallas Comegys, además de Sharp, un alero destacado por Aíto como líder de su equipo en el aspecto defensivo y que aparece especialmente cuando van mal dadas..

Tal vez por lo mucho que le costó clasificarse para Salónica, porque el equipo ha ido de menos a más -lleva 13 victorias consecutivas en la Liga ACB- e incluso por ese punto de resignación que se aprecia en la hinchada ante los desengaños sufridos en las Finales a Cuatro, el Barça comparece esta vez en la semana decisiva con más tranquilidad que otras veces. También será el menos respaldado en el Paoksport Center, con unos 500 seguidores por más de 3.000 del Panathinaikos, unos 1.000 del Maccabi y otros tantos del Efes y los pocos imparciales que completen el aforo reducido a 6.500 asientos.

Despliegue de seguridad

Así lo ha requerido el amplio despliegue de seguridad dados los antecedentes protagonizados por la apasionada afición griega que, sin ir más lejos provocó graves disturbios y obligó a reponer un buen número de asientos con motivo de las semifinales de la Copa de Grecia que sirvieron para inaugurar el pabellón hace dos semanas.

Esta será la tercera Final a Cuatro del Maccabi de Tel Aviv, aunque la última fue en 1991 en París, donde el Barça le ganó en semifinales por 101-67. Pero el equipo israelí ya había ganado anteriormente dos veces la competición, en 1977 y en 1981. Este año quiere reverdecer laureles ante un Barça empeñado en su cerrar su histórica cuenta pendiente en la competición que más ansía. Los americanos del Barça son los más lanzados hablando de perspectivas: "Somos un equipo joven pero estamos madurando y vamos a tratar de ganar y de divertirnos", asegura Goldwire. "Es mi primera Final a Cuatro pero no estoy contento con participar, lo que quiero es ganar", sentencia Alston.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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