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En La Trinidad llovieron claveles

Los cofrades malagueños amanecieron ayer al alba y mirando al cielo. A las 8.30 de la mañana estaba lloviendo en La Trinidad, pero llovían claveles. A esa hora, Jesús Cautivo, una de las imágenes más veneradas de la Semana Santa malagueña, recorría el barrio sobre unas sencillas andas junto a la imagen de la Virgen de La Trinidad y el vecino que no había bajado a la calle se había quedado en el balcón para tirarle claveles. La Misa de Alba y el traslado del Cautivo comenzaron hace más de 20 años como un acontecimiento íntimo, pero hoy va camino de convertirse en una suerte de lunes rociero.La procesión de estas imágenes se celebraba por la noche, pero los que no soportan el gentío excesivo que arrastra o los que desean verlo dos veces, no faltan nunca a la cita en La Trinidad. Las imágenes llegaron en su paseo, a hombros de poco más de una decena de hermanos vencidos por el peso de las flores acumuladas sobre el tronito, hasta el Hospital Civil, para que los enfermos y el personal de turno se sumaran a la fiesta. El buen tiempo permitió que los desfiles de la noche se celebraran según lo previsto. Las hermandades de Gitanos, Estudiantes, Pasión, Crucifixión, Dolores del Puente y Cautivo lucieron toda su riqueza barroca sin sustos.

Hoy las calles se impregnarán del sabor del barrio de La Victoria. Tres de las seis cofradías que salen en procesión son de allí: el Rescate, la Sentencia y el Rocío. Lo tradicional en el barrio es recorrer los distintos templos a la hora de la salida de las cofradías y esperarlas después cuando suben desde calle Alcazabilla hacia la Victoria para celebrar la gran fiesta en el encierro. También es el día de la Nueva Esperanza, la última cofradía integrada en la Agrupación, de Las Penas, cuya virgen lleva un manto de flores naturales que cada año confeccionan con un diseño diferente los jardineros del Ayuntamiento de Málaga, y la Estrella, una hermandad perchelera que procesiona el trono más antiguo de la Semana Santa malagueña; el de Nuestro Padre Jesús de la Humillación, realizado a principios de siglo en madera de caoba.

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