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Un joven de 15 años muere arrollado por un tren en Torrejón de Ardoz Los amigos del fallecido declaran hoy en el juzgado de Torrejón

La tarde del domingo acabó en tragedia para un grupo de amigos de 14 a 16 años que paseaban junto a las vías del tren de cercanías de Torrejón de Ardoz (91.200 habitantes). Uno de ellos, José María V., de 15 años y vecino de la calle de Copenhague de este municipio, moría bajo las ruedas de un convoy a las 21.03, a la altura de la calle del Hierro, número 1, una zona de naves industriales y forjas, en el kilómetro 24,500 de la línea que une Torrejón con Alcalá de Henares y que también une Madrid con Barcelona.El acceso a los dos tramos de vías está acotado por una valla metálica de 1,70 metros de altura, rota y con huecos en algunos tramos, y una puerta cerrada. Tras el accidente, la Policía Local de Torrejón avisó al 112, teléfono del servicio de urgencias de la Comunidad, que envió una UVI móvil al lugar del accidente y avisó a la compañía Renfe para que interrumpiera el servicio de cercanías. Fuentes del 112 confirmaron que los facultativos de la UVI móvil no pudieron hacer nada para salvar la vida de José María. Su cuerpo quedó en un estado que complicó su identificación.

Un grupo de unos 15 chicos y chicas, según informó la Policía Local, pasaban en aquel momento por la zona de vías junto a José María.

José María V. es alumno del colegio público Severo Ochoa de Torrejón, que está justo enfrente de su casa. Según aseguraron dos amigas de su misma edad que hoy declararán en el juzgado número 4 de Torrejón, según fuentes de la investigación, iba acompañado por un grupo de unos quince compañeros. La primera hipótesis apunta a que estuvieran jugando en la vía, según estas mismas fuentes.

Unos amigos suyos, vecinos del mismo barrio donde residía, aseguraron ayer: "Cuando íbamos a cruzar, teníamos cuidado sobre todo cuando pasan dos trenes a la vez", describió uno de los chicos, que ayer no estaba con el grupo que presenció el accidente, "pero nos han contado que cuando él fue a cruzar pasaban dos trenes a la vez en sentidos contrarios, y que uno de ellos le ha pillado".

La desolación recorrió el vecindario. El padre de José María aguardaba en su casa, poco antes de las doce de la noche, a que llegase la madre del joven, que se encontraba trabajando y a la que sólo habían avisado de que su hijo había tenido un accidente. "El padre está destrozado, porque de tener a su hijo durmiendo en su cama el domingo por la noche, ahora está en el cementerio irreconocible", lamentó un vecino.

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