La perturbada de Motril mató al niño porque llamó a su casa por error La mujer, apodada 'la bruja negra', tiene atemorizado al vecindario
Un millar de personas despidió ayer en Motril (Granada) a Luis Miguel H.C., el niño de ocho años que el viernes fue asesinado por una perturbada mental de una puñalada en el corazón. La presunta homicida, de 28 años, se apoda a sí misma la bruja negra y mató al muchacho porque llamó por error a su puerta. Días antes, había agredido a un panadero y a un camarero y tiene atemorizados a los hijos de los vecinos.
La mujer, Pilar S.B., fue detenida horas después del crimen por el Cuerpo Nacional de Policía y, tras pasar a disposición judicial, permanece ingresada y en tratamiento médico en el Hospital Clínico San Cecilio de Granada.El entierro, al que acudieron familiares, profesores y compañeros del niño, transcurrió en silencio y en medio del dolor y la rabia contenida. Nadie se explica qué pudo llevar a la detenida a cercenar la vida de un muchacho despierto, buen estudiante y prometedor jugador de ajedrez.
Un tío del niño aseguró, no obstante, que se trataba "de una muerte anunciada". "Es incomprensible que una mujer enajenada y manifiestamente violenta no estuviera ingresada en un centro médico", afirmó. Según el testimonio de sus vecinos, Pilar S.B. se había vuelto muy agresiva en los últimos días. La semana pasada pegó a un repartidor de pan que, al igual que Luis Miguel, llamó a su puerta por error. "Al panadero sólo le propinó un puñetazo y le dijo: 'Aquí no llames más'", explica la vecina que socorrió al niño tras oír un grito "horripilante". También abofeteó hace dos semanas a un camarero del bar Los Faroles y arrojó a un hijo de éste un servilletero.
Posible confusión
Esta vecina, que no desea dar su nombre, señala que todos los inquilinos del inmueble vivían atemorizados por la presunta homicida, a la que llamaban La loca. "Mis propios hijos tenían cuidado de no encontrarse con ella. Pero no es verdad, como dice la gente, que los hubiera amenazado porque la molestaran llamando a su timbre". Así desmiente esta mujer los rumores de que la detenida mató a Luis Miguel porque lo confundió con uno de sus hijos.
La equivocación cometida por la víctima al llamar al timbre no fue la única. Su padre, José Luis H., carnicero en Motril, recordará el pasado viernes como uno de los días más aciagos de su vida por el rocambolesco cúmulo de equívocos y olvidos que condujeron a la muerte de su hijo.
Los hechos ocurrieron a las 15.30 en el número 8 de la calle Cuevas. Según el relato de vecinos de la detenida y familiares de la víctima, el padre había recogido a Luis Miguel y a su hermana de 6 años en el colegio. Todos se dirigieron hacia el segundo piso del inmueble para felicitar, por error, a un antiguo empleado que no cumplía años hasta días después.
Cuando abandonaron el domicilio, Luis Miguel se percató de que se había olvidado la cartera del colegio con un dibujo que había hecho para el día de la madre y volvió por ella. Pero no llegó al segundo piso, sino que también por equivocación, sólo subió hasta el primero. Allí llamó a la puerta de Pilar S.B., que le partió el corazón con un cuchillo.
La mujer fue detenida poco después. "Salió fumando y riendo como si hubiera hecho una gracia", dice la vecina. Ante la gente que se arremolinó frente al portal, gritó: "Yo soy la bruja negra, yo soy la bruja negra". Fue entonces cuando los agentes de policía tuvieron que impedir que fuera linchada.
Pilar S.B. parecía disfrutar dando a conocer su sobrenombre como marchamo de las fechorias que cometía. Después de abofetear al camarero del bar Los Faroles, le intentó golpear en los genitales. "Yo me aparté y le dije que iba a llamar a la policía. Ella no se inquietó y me dijo: 'Pues diles que esto lo ha hecho la bruja negra".
La mujer ha habitado casi toda su vida el mismo piso de la calle Cuevas. Según los vecinos, convivió durante años con su madre, profesora de profesión, hasta que empezó a maltratarla. Le dio una paliza y la madre decidió irse a un geriátrico, donde sigue todavía.
Tratamiento psiquiátrico
Las personas consultadas desconocen si la detenida seguía algún tratamiento psiquiátrico.Tampoco saben su profesión. Pero todas coinciden en que su agresividad había aumentado en los últimos días. "Metía mucho ruido y rompía cristales. Y hace una semana tiró varios muebles por las escaleras. Por eso, los vecinos nos planteamos denunciarla a la policía", aclara una inquilina del inmueble.
En esas mismas escaleras quedaban ayer restos de la sangre derramada por el corazón de Luis Miguel. Un niño, a decir de quienes le conocían, muy inteligente. Ayer mismo tenía prevista su participación en un campeonato regional de ajedrez.
Al dolor de la familia se sumaron alumnos y profesores del colegio Cardenal Belluga, en el que Luis Miguel estudiaba. Sus padres y demás allegados sólo desean ahora que se haga justicia.
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