Pujol afirma que la comunicaciones del Vallès deben mejorarse

Si el Vallès quiere seguir creciendo y atrayendo inversores, necesita "esponjarse". Este fue el mensaje más reiterado por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en su primera visita institucional en cinco años a Sabadell. "Esponjarse" quiere decir mejorar e invertir en comunicaciones transversales porque, a juicio del presidente del Gobierno catalán, está muy bien lo del transporte público, pero "no vamos a conseguir eliminar los coches". Pujol defendió la necesidad de construir nuevas carreteras, pero no quiso ser demasiado explícito al hablar de ello. Lo que sí hizo fue preguntar al alcalde de Sabadell, el socialista Manuel Bustos, cuál es su postura respecto a dos infraestructuras viarias que no cuentan con el beneplácito de todas las fuerzas políticas y que han levantado las protestas de varias entidades ecologistas: el polémico cuarto cinturón, también conocido como B-40 o autovía orbital, y el túnel de 'Horta.

El túnel de Horta se acabará construyendo tarde o temprano porque va a ser necesario, según dijo Pujol, y será de peaje. Bustos siempre ha defendido que este túnel esté libre de peaje e incluso propuso que por él circule el metro. Respecto al cuarto cinturón, Pujol prefirió no "pronunciarse de forma categórica", señaló que se habla de este proyecto con "mucha radicalidad" y reiteró que lo que está claro es que el Vallès necesita nuevas comunicaciones, y en concreto una vía transversal que atraviese la comarca y que una el Baix Llobregat con el Vallès Oriental.

Cabe recordar que la semana pasada el Ministerio de Fomento envió un comunicado al Ayuntamiento de Sant Antoni de Vilamajor (Vallès Oriental) reconociendo que el tramo del cuarto cinturón entre las poblaciones de Granollers y Sant Celoni está prácticamente enterrado y que "no entra en las previsiones del Ministerio de Fomento activar el segundo tramo de la autovía orbital".

Tampoco existe ninguna partida en los Presupuestos de la Generalitat para el 2000 para construir del tramo entre Abrera y Terrassa, que el Gobierno catalán consideraba prioritario.