"En Madrid no queda otro remedio que ser autodidacta"
Van para trece los años que este titiritero argentino (Jujuy, 1962) lleva residiendo en Madrid y algunos más haciendo teatro de marionetas. En este tiempo ha pasado de hacer títeres en la calle, "a la gorra, en el Retiro", a mostrar sus espectáculos en diferentes salas de la capital y a que su compañía, El Retablo, llegue a festivales como el del Teatro Clásico de Almagro (Las aventuras de Don Quijote) o el Festival Internacional de Marionetas de Tolosa. Todo eso tras quedar premiado a la mejor dirección en la IX Feria Europea de Teatro Para Niños (Feten), celebrada en Gijón en la última semana de febrero, con un espectáculo coproducido con la compañía madrileña Títeres de María Parrato. El montaje El gato manchado y la golondrina Sinhá recibió, además, el premio al mejor espectáculo, y el sábado 1 de abril quedó ganadora en el festival Teatralia 2000, en Madrid, donde competía con 11 compañías internacionales.Pregunta. El gato manchado... ha pasado por la temporada del Círculo de Bellas Artes, por la sala Pradillo, en Tolosa fue acogido con entusiasmo y ahora acaba de recibir este premio. No es habitual un éxito tal en teatro de títeres.
Respuesta. Es un montaje que nació con buena estrella. Hace tiempo había leído el cuento del escritor brasileño Jorge Amado, y empecé a hacer los muñecos, la escenografía y el texto; justo cuando buscaba manipuladores para montarlo, la compañía María Parrato me llamó por si tenía algún espectáculo para el Museo de América; le conté el proyecto, le gustó y nos pusimos a trabajar.
P. Su espectáculo ha sido el ganador en un certamen de teatro no exclusivo de títeres... ¿Evoluciona más el teatro de muñecos?
R. Los titiriteros se han profesionalizado más y ese desarrollo se nota en la presencia en festivales. Yo no veo mucha diferencia entre el teatro de actores y el de títeres, se mueven con normas y códigos muy parecidos.
P. Pero ¿usted cree que evoluciona más el teatro de títeres, que aborda apuestas más arriesgadas?
R. No veo que cambie mucho. En Madrid hubo una época muy buena, con mucha gente que indagaba (hace unos diez años, con artistas como Deliciosa Royala o La Tartana), pero ahora hay un parón; los grupos prefieren montar títulos comerciales, resultones, que atraigan a los niños.
P. ¿Cómo se forma un titiritero en Madrid?
R. En Madrid no hay más solución que ser autodidacta: ver montajes que aporten cosas nuevas.
P. ¿Cómo valora la cartelera madrileña de títeres?
R. Del público hay que decir que se arriesga poco a ver un montaje que no esté basado en un cuento clásico. Resulta curioso que un espectáculo que llega a prestigiosos festivales no se pueda ver en el Centro Cultural de la Villa, la única sala pública con programación estable de títeres.
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