El PP vota por primera vez en contra del reparto de los senadores autonómicos de los grupos

La primera reunión de la Junta de Portavoces de la VI legislatura del Parlamento andaluz dejó clara la decisión del Partido Popular de ejercer desde el primer día la oposición a los socialistas hasta en los terrenos más nimios. El PP, por primera vez en la historia de la Cámara, votó en contra de la fijación del número de senadores a designar por los grupos y se opuso a la fecha elegida para el debate de investidura del candidato socialista a la presidencia de la Junta, que se celebrará los días 24 y 25 de abril. PP y PSOE no aguardaron a la celebración de un pleno para lanzarse reproches.

Del primer contacto oficial entre los portavoces de los grupos se puede apuntar una radiografía de lo que va a ser la próxima legislatura: un enfrentamiento entre el PSOE (52 escaños) y el PP (46), en los que ni Izquierda Unida (seis diputados) ni Partido Andalucista (cinco) son determinantes para sacar adelante los acuerdos institucionales que requieren mayoría de tres quintos (66 de los 109 diputados de la Cámara), como recordó el presidente del Parlamento, Javier Torres Vela.Las intervenciones de los portavoces fueron auténticos anuncios de lo que serán los próximos cuatro años. El PP se opuso tanto a la fecha elegida para la investidura de Manuel Chaves, como al número de senadores que corresponde a cada grupo, hecho que nunca había ocurrido antes en el Parlamento, que aplica desde su creación en1982 un criterio de proporcionalidad puro, de manera que, tras las elecciones pasadas, de los ocho senadores por la comunidad autónoma, cuatro corresponden al PSOE, tres al PP y uno a IU.

El portavoz popular, Antonio Sanz, pidió que se aplicara el sistema proporcional de la Regla D'hont, que permitiría a los conservadores contar con un diputado más, a costa de IU. También el Partido Andalucista, por boca de su diputado Ricardo Chamorro, solicitó la asignación mínima de un senador por cada formación.

Torres Vela aseguró que las tres propuestas son reglamentarias, pero que únicamente propondría modificar el cálculo empleado desde que la Cámara echó andar si había unanimidad. El PP votó en contra de esta decisión, que se debatirá en un pleno el 10 de mayo.

La fecha del debate de investidura y el orden de intervención de los portavoces fue también objeto de polémica. Sanz se preguntó a "qué temor o miedo" responde la decisión de que la elección del presidente andaluz (24 y 25) coincida en una jornada con la de José María Aznar (25 y 26) y aseguró que el PSOE está "obsesionado por hurtar el debate". En una rueda de prensa anterior, el portavoz conservador utilizó calificativos más duros y afirmó que la decisión sobre la fecha responde a la "cobardía" de Manuel Chaves.

"Aquí el único que quiere hurtar un senador a IU es usted", le contestó el socialista José Caballos, que achacó al PP "actitudes mezquinas" para intentar romper la costumbre parlamentaria del reparto de senadores. El portavoz del PSOE aventuró que la posición del grupo popular en esta legislatura será la de "votar no por sistema a lo grande y a lo pequeño" y se preguntó a qué se deben las reticencias a la fecha del debate cuanto el PP ha pedido que el Gobierno andaluz esté funcionando cuanto antes. "Tienen hambre de balón y van a estar perdiendo votaciones durante cuatro años", afirmó Caballos.

Antonio Sanz consideró esta frase como una "declaración amenazante de rodillo puro y duro" para la próxima legislatura.

El coordinador de IU, Antonio Romero, que estrenó portavocía, mostró su sorpresa por que nueva etapa política se inicie "con una pelea por un almanaque" y defendió la idoneidad de la fecha al tener el Parlamento andaluz un calendario autónomo al del Congreso.

Al margen de las complicaciones festivas (Semana Santa y Feria de Sevilla), la decisión de que la investidura de Chaves sea antes que la de Aznar obedece, como reconoció Caballos, a dejar claro que el PSOE quiere llevar la iniciativa política. También se evita, señalan fuentes parlamentarias, que Chaves se sitúe a la defensiva, ante las previsibles propuestas autonómicas que hará el presidente popular en su investidura.