_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El trabajo de Gutiérrez

MANUEL PERIS

Mañana Antonio Gutiérrez deja la secretaría general de Comisiones Obreras (CC OO) tras haber cumplido el tope de mandatos al frente de la central sindical. Han sido doce años en los que este valenciano de Orihuela ha contribuido decisivamente a hacer de CC OO el primer sindicato (800.000 afiliados con sus cuotas al día) y una de las organizaciones más importantes de la sociedad civil española.

Durante este período Comisiones Obreras ha tenido que afrontar cambios y reformas profundas, empezando por la renovación que encarnó el propio Gutiérrez frente al líder histórico, Marcelino Camacho. Hechos como la caída del muro de Berlín y el derrumbamiento del bloque soviético, que conmocionaron al Partido Comunista de España y a Izquierda Unida, no se convirtieron en un efecto dominó de cascotes sobre CC OO. Los tiempos del sindicato correa de transmisión de los partidos habían pasado a la historia, algo que había quedado perfectamente visualizado desde la huelga general de 1987, que supuso la traumática ruptura entre la Unión General de Trabajadores (UGT) y el PSOE.

La huelga general significó también el inicio de una relación profundamente distinta entre los sindicatos mayoritarios del país, hasta la fecha marcadas por la rivalidad, cuando no por la abierta hostilidad. Una rivalidad que tenía más que ver con los referentes políticos de ambas organizaciones que con la práctica sindical y las reivindicaciones de sus afiliados. En esta situación, la gravísima crisis de UGT a raíz del escándalo financiero que llevó a la quiebra a su promotora de viviendas PSV y a la dimisión del líder histórico del sindicato, Nicolás Redondo, no fue objeto de ventajismos oportunistas por parte de Gutiérrez y de la dirección de CC OO. Lejos de convertirse en una brecha, se tradujo en un afianzamiento de las relaciones entre ambos sindicatos. En ese difícil momento, Gutiérrez demostró su capacidad de sumar, haciendo un auténtico tandem sindical con la UGT de Cándido Méndez que permitiera aportar la fuerza de ambas centrales a la razón colectiva de los trabajadores.

En estos años de desarme ideológico y de actuaciones catastróficas por parte del PSOE y de IU, la unidad de acción entre los dos grandes sindicatos se ha revelado decisiva para el mantenimiento del poso de izquierdas de este país. La fortaleza orgánica y representativa de ambas organizaciones sindicales, unida a la combinación de una estrategia flexible de presión y negociación, han sido el mejor muro de contención frente a cualquier intento de desmantelar el estado del bienestar.

Ahora Gutiérrez deja la dirección del sindicato pero anuncia su voluntad de "colaborar en la unidad de la izquierda como independiente, pero comprometido hasta las cachas". El ofrecimiento se produce en unas circunstancias traumáticas como pocas para la izquierda española. No anda la izquierda sobrada de líderes que hayan sabido demostrar que la unidad no sólo es necesaria sino posible. Esa demostración se ha realizado en la práctica y desde la base, en el día a día de los conflictos, las negociaciones y los acuerdos. Y más allá de la aptitud y del talento para el liderazgo, tal vez lo que ahora cuente sea la capacidad para generar el necesario trabajo común de la izquierda.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_