Tres escritores analizan la narrativa de Caballero Bonald
"La obra narrativa de Caballero Bonald participa de elementos líricos y su obra poética, de elementos narrativos", afirmó ayer el escritor Felipe Benítez Reyes en el inicio de unas jornadas dedicadas al autor jerezano. Estas palabras resumen el carácter singular de un escritor que figura entre los autores del grupo poético de los años cincuenta y que es, además, uno de los narradores más destacados de su generación.Las jornadas, que se celebran en la Casa de la Provincia de Sevilla organizadas por la Diputación, se centraron ayer en la obra narrativa de José Manuel Caballero Bonald (Jerez, 1926). Esta reunión concluirá hoy con un análisis de la poesía del autor. El profesor y escritor Antonio Rodríguez Almodóvar fue el primero ayer en analizar la obra narrativa de Caballero Bonald. Tras hacer hincapié en las primeras novelas del escritor (Dos días de setiembre, Ágata, ojo de gato...), Rodríguez Almodóvar señaló que Caballero Bonald apostó "por su propio modelo, que era, en síntesis apretada, el de la mágica realidad, por oposición al realismo mágico". "Esto es, el de explorar en el asombro de la existencia misma, sin necesidad de apelar a lo fantástico. Un camino que culmina, por ahora, en Campo de Agramante (1992), cuyo personaje central me parece compendio de otros anteriores y preparación para el pseudorreal de la primera entrega de las memorias del autor", comentó Rodríguez Almodóvar.
Orestes, Hamlet y Edipo
"El retorno, por eso, al paisaje mítico de Doñana refuerza la presencia de lo inasible en el fluir de la conciencia de este personaje innominado, héroe de mediocridades extraordinarias, que posee el coraje de Orestes, pero también la abulia de Hamlet y, desde luego, el dolor irremediable de Edipo", explicó Rodríguez Almodóvar, en referencia al protagonista de Campo de Agramante.
A continuación, el escritor Julio Manuel de la Rosa destacó "dos características" en la obra de Caballero Bonald: su sobresaliente descripción de las tierras de Jerez, Sanlúcar y el Coto de Doñana y "su extraordinaria perfección formal". De la Rosa comparó el "mundo mítico" creado por el escritor jerezano con otros territorios literarios, como la Vetusta de Clarín, el Macondo de García Márquez, la Región de Benet y la Yoknapatawpha de Faulkner.
Benítez Reyes, que fue el último en intervenir, insistió en la decisiva influencia de la generación de los cincuenta sobre los escritores jóvenes: "Para nosotros han tenido no sólo un papel magistral, sino que nos han servido como ejemplo de vida". Benítez Reyes resaltó como "eje que vertebra la labor narrativa" de Caballero Bonald "el hecho de que tenga un sentido artístico del lenguaje y de la narratividad". Caballero Bonald rechaza "la novela concebida como un género menor y relajado". Para el escritor jerezano, la novela es "un género capaz de producir una obra de arte", explicó Benítez Reyes.
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