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La quiebra económica provoca graves enfrentamientos entre dirigentes de IU

Carlos E. Cué

La situación dentro de Izquierda Unida es cada vez más complicada. Mientras empieza a resolverse, si bien de forma traumática, la situación de los trabajadores, con el despido de dos tercios de la plantilla, surgen nuevas peleas por la reducción de las aportaciones a los partidos integrados en la federación de izquierdas, abocados, en especial el PCE, a un brutal recorte presupuestario. Ello está provocando enfrentamientos graves entre dirigentes, de IU que, en privado, reconocen que la situación se parece cada vez más al "sálvese quien pueda" del hundimiento de un barco. Víctor Díaz Cardiel, responsable de finanzas del PCE, mantuvo en el consejo político federal del domingo un discurso durísimo por la reducción de aportaciones a su partido que propone el presupuesto de crisis. De hecho, y ante la peligrosa situación de tensión entre dirigentes, se decidió ya por la noche posponer la aprobación del presupuesto hasta comprobar si algunas federaciones con cuentas saneadas pueden ayudar a las demás. Pero la bronca está casi asegurada, ya que las federaciones no quieren pagar los desmanes financieros que hayan podido producirse en la sede federal.

La situación se ha complicado aún más tras la agria intervención de Francisco Frutos, secretario general del PCE, en la que criticó la forma en la que se han llevado las finanzas de IU en los ultimos años y denunció gastos "parasitarios" y "pasteleo de favores por dinero", especialmente en lo que se refiere a contrataciones y subidas de sueldo injustificadas que obedecían sólo a criterios de proximidad política a los máximos dirigentes.

Aunque Frutos ha formado parte de la dirección que ha tomado este tipo de decisiones, varios dirigentes interpretaban ayer que, cuando dijo que había responsabilidades colectivas, pero también individuales, se refería no solo al anterior responsable de finanzas, Pedro Granados, sino también de alguna manera a Julio Anguita quien, con un hiperliderazgo reconocido por todos, es al fin y al cabo el máximo responsable de la forma en la que se ha gastado el dinero de IU en los últimos años, y del "despilfarro" del que hablan sin tapujos la mayoría de los dirigentes.

Anguita, debilitado

Mientras Frutos no recibe contestación alguna pese a los calificativos duros que emplea para describir la situación, la posición de Julio Anguita, que sigue siendo coordinador general, está cada vez más debilitada. En realidad, nadie se opone directamente a su pretensión de liderar el proceso de debate que lleve hasta la asamblea en la que se le nombrará sucesor en octubre. Entre otras cosas por las fidelidades casi irrompibles que ha creado en los últimos 12 años y porque la mayoría de las personas que forman la dirección -no hay nuevas caras pese al desastre electoral- han sido promovidas por él.

Sin embargo, y pese a que excepto las minorías críticas nadie le ataca en público, en privado todos reconocen que Anguita atraviesa una pésima situación política y que su actitud de altanería y de mantener que todo en IU es "ejemplar" -la forma en la que se ha hecho el expediente de regulación de empleo, la reducción de los gastos de su vivienda...- no está ayudando a recuperar su imagen, deteriorada tanto internamente como ante la opinión pública.

La última de estas crisis de imagen la vivió Anguita el domingo, cuando recibió críticas de las minorías por el método que proponía para el debate hasta la asamblea y contestó muy nervioso, a ratos casi con desprecio. Ayer repitió este mismo tono altivo al comentar en Antena 3 TV los ataques recibidos por los cuantiosos gastos de agua de su vivienda, costeados por Izquierda Unida.

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