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Rivaldo y Kluivert coinciden en que Van Gaal se equivocó al sustituirles

Àngels Piñol

El Barça perdió el domingo ante el Mallorca media Liga y ayer volvió a aflorar con fuerza la enorme distancia que separa al técnico, Louis van Gaal, y buena parte de su plantilla. Los delanteros Rivaldo y Kluivert cuestionaron al entrenador por haberles sustituido por Simao y Dani, respectivamente, cuando faltaba media hora para concluir el partido. El brasileño se quejó con amargura de que el relevo se produjera cuando era abucheado por la grada y el holandés dio por primera vez un paso adelante y alzó la voz: dijo que Van Gaal erró la táctica al no retirar a defensas para remontar el partido.

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El Mallorca removió en el Camp Nou (0-3) todas los problemas que anidan en el vestuario del Bar-ça. Los azulgrana habían encadenado hasta el día del Chelsea (3-1) nueve victorias consecutivas que habían soterrado las dificilísimas relaciones entre Van Gaal y buena parte del plantel. La racha se había fraguado en un pacto entre ambas partes sustentado en cuatros patas: el regreso a la titularidad de las vacas sagradas,, más libertad sin perder la posición, algunas variantes tácticas y un mejor trato del técnico a la prensa. Pero todo saltó por los aires con dos derrotas en cuatro días que han coincidido con la lesión de Guardiola. Van Gaal no ayudó mucho: el miércoles sustituyó a Kluivert en Stamford Bridge; el jueves reprochó a Rivaldo su actuación en Londres y el viernes despreció en la revista holandesa Sportweek al capitán discrepando de lo que dijeron en público los pesos pesados del equipo -"se habla mucho de Pep, pero [la mejoría] se debe a Hesp y Frank de Boer", aseguró el técnico- y el domingo culpó ante la prensa a Rivaldo y Kluivert de falta de chispa ante el Mallorca.Y ayer, en la charla en el vestuario, lo repitió otra vez. Van Gaal señaló a los dos delanteros y a Abelardo, a quien achacó el primer gol. Nada dijo, sin embargo, de Frank de Boer -responsable del segundo- ni del portero. Los tres afectados, ayer, ya no callaron. "Estoy un poco dolido. Yo siempre entro con ganas al campo. Creo que Van Gaal se equivoca. Hice faltas en defensa a Stankovic, por ejemplo...Pasé balones hacia atrás y Van Gaal me dijo: 'Bien, muy bien...' Quizás el cambio fue un premio", dijo con ironía Rivaldo. Y no ocultó haber sentido cierto desprecio: "Tengo que acatar su decisión. Pero yo soy un jugador que puedo marcar goles en el minuto 90. Quizás hubiera marcado. Soy un ser humano. Pero ya sé que cuando me paso tres o cuatro días sin marcar, ya me vuelvo malo".

No lo dijo, pero el brasileño debió rememorar ante el Mallorca el mismo decorado que propició en diciembre su rebelión. Fue tras el partido ante el Atlético. Van Gaal cambió al brasileño justo cuando era censurado por parte de la grada. No lo soportó y un día después anunció su decisión de no jugar más en la banda porque nunca se ha sentido extremo y sí un media punta. Todo sucedió cuando faltaban horas para ser nombrado oficialmente nuevo Balón de Oro. Un mes después, asumió su error y acató la disciplina. Pero ayer recordó que, desde entonces, nada ha cambiado: "Los aficionados tenían razón al silbarme. Soy el número uno y esperan que haga cosas espectaculares. Pero yo hago lo que me mandan: no perder la posesión, centrar y pasar balones a Bogarde. No puedo hacer más porque no soy Figo".

Rivaldo iba caliente. Van Gaal ya le recriminó su actuación ante el Chelsea. Nada dijo de Hesp. Kluivert tampoco se presentó ante los micrófonos demasiado féliz. El holandés llegó a Stamford Bridge con una tarjeta incuestionable: ocho goles en nueve partidos. No marcó y Van Gaal lo cambió por Dani. Kluivert le arrojó los guantes. El holandés fue relevado el domingo en el minuto 73 también por Dani, justo cuando el Mallorca marcó el segundo. "Rivaldo tiene razón. Si perdemos por 0-1 es mejor sustituir a un defensa por un delantero. Con más presión, tenemos más posibilidades de ganar. Yo creía eso", dijo. Luego, dio una prueba elocuente de la falta de diálogo en el vestuario. "¿Le has comentado lo que piensas al entrenador?", se le preguntó. "No, pero tenemos que hablar". Kluivert acabó diciendo que quizás le faltó chispa aunque subrayó que sólo le llegó un centro bueno. "No me siento yo solo culpable. Perdiendo por 0-1 en casa tenemos que ganar". Y acabó diciendo que el público tuvo razón al abandonar el Camp Nou. "Pero prefiero eso a que nos piten", dijo.

Abelardo fue mucho más comedido. Pero también lanzó un pequeño dardo al entrenador. Van Gaal había advertido el sábado del peligro que entrañaba el Mallorca porque era algo así como el Chelsea español. El defensa se escudó en que no sabía de tácticas en febrero cuando Xavi, el canterano, apuntó que el problema del Barça era su inferioridad numérica en el centro del campo. Ayer repitió que no es técnico pero sí dijo: "Quizás el esquema del Chelsea y del Mallorca son parecidos. Pero su tipo de jugadores y su forma de presionar es distinta. No creo que jueguen igual".

La pelota está en el tejado de Van Gaal. El técnico facilitará hoy la lista de convocados para el partido de Copa ante el Atlético. Rivaldo es el único que ha tenido bula para criticar en público al entrenador. El resto, no. Falta ver que actitud tomará sobre todo con Kluivert. La experiencia dice que el último que habló acabó en el banquillo. Xavi cedió su puesto a Ronald de Boer justo después de revelar su impresión táctica. Tras el partido del Mallorca, confesó: "Sólo veíamos camisetas blancas".

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