Una Copa cargada de espinas

El Barça viajará mañana a Madrid convulsionado para la cita de la Copa del Rey, que había quedado eclipsada por la eliminatoria ante el Chelsea en la Liga de Campeones y por el duelo con el Deportivo en la Liga. La Copa era tomada como un trofeo menor. Los azulgrana sólo se habían enfrentado hasta ahora en esta competición con tres equipos de Segunda y Segunda B -Almería, Ourense y Osasuna- y se las prometían felices al cruzarse con el Atlético, que lucha por huir del descenso. Ahora nada se ve tan fácil. Una derrota causa casi pavor.Prisionero tanto de buenas como de malas rachas -este equipo es tan capaz de encadenar nueve victorias como de perder cinco de seis partidos de Liga-, el partido provoca cierta aprensión en el Camp Nou. Queda la duda de si Guardiola saltará al césped. El capitán padeció ante el Valencia un fuerte golpe en los gemelos y no regresará hasta que desaparezcan las molestias. No hubo ayer parte médico sobre el estado de su lesión. El mediocentro se perdió los dos últimos partidos por lesión y el Barça perdió los dos. Los problemas no se quedan ahí: Figo acabó el encuentro ante el Mallorca con molestias musculares también en el gemelo de la pierna izquierda, que padecía una excesiva tensión. El portugués no se entrenó ayer para evitar que la lesión generara en una contractura que le impediría viajar a Madrid. Por contra, Zenden recibió ayer el alta médica después de un mes de baja.

"Mañana nos empezamos a jugar un título. Si vencemos en el Calderón, veremos mejor el partido del sábado ante el Oviedo y el del Chelsea. Nos jugamos estos días tres títulos. Y yo no arrojo la toalla en la Liga", dijo Abelardo. "Lo que hay que hacer es olvidar y pensar sólo en el Atlético", abundó Rivaldo. "Y con la Liga puede pasar de todo. Pero el Deportivo nos lleva cinco puntos y con dos victorias y dos empates es campeón".