La Comunidad regulará la ubicación de las antenas de telefonía móvil

El Ayuntamiento ha permitido hasta la fecha la instalación de 671 repetidores de telefonía móvil en Madrid, según un mapa que ha elaborado el Área de Urbanismo, informa Efe. La mayoría de las antenas pertenecen a Retevisión (286), seguidas de las de Airtel (225) y Telefónica Móviles (160). La Consejería de Medio Ambiente está preocupada por esta proliferación y por su previsible aumento tras la reciente concesión de cuatro nuevas licencias para los denominados teléfonos de tercera generación, "lo que duplicará o triplicará el número de postes repetidores". A la vez, el Gobierno regional prepara un decreto para regular la instalación de estas antenas y reducir el impacto que para las personas y las áreas protegidas pueden tener. El nuevo decreto hará especial incidencia en la protección de las áreas naturales y de las zonas de alto impacto visual, donde se fomentará, según ha indicado el director general de Calidad Ambiental, Ignacio López-Galiacho, "el enmascaramiento de las antenas".

Con forma de árbol

Según López-Galiacho, "hoy en día existen ya materiales artificiales que permiten imitar a los árboles, entre cuyas ramas se pueden ocultar los soportes y paneles reflectores de las antenas" en la zona rural. "Fomentaremos este tipo de camuflajes, así como el agrupamiento de las antenas de una misma zona", añade.

Actualmente, las empresas de telecomunicaciones pueden instalar sus equipos en las zonas urbanas sin necesidad de que la Consejería de Medio Ambiente realice un informe medioambiental previo. Las empresas de telefonía móvil sólo tienen que ponerse de acuerdo con los ayuntamientos y con los propietarios de los terrenos o edificios donde pretenden instalarlas. Esto ha permitido que en las zonas urbanas haya una alta concentración de estas infraestructuras y que muchas de ellas se ubiquen a escasos metros de las viviendas o incluso sobre ellas.

El futuro decreto quiere cambiar este panorama. Establecerá distancias mínimas entre estas infraestructuras y las casas. De todas formas, aún no se ha establecido cuál será esa separación, aunque Medio Ambiente baraja la posibilidad de seguir "o incluso endurecer" las recomendaciones de la Unión Europea al respecto. Estas recomendaciones establecen una distancia mínima de 10 metros cuando la antena tiene una potencia de entre 100 y 1.000 vatios y hasta 250 metros cuando se supera esta potencia.

Si estas distancias se confirman finalmente en el futuro decreto de Medio Ambiente, numerosas antenas ya en funcionamiento tendrían que cambiar de ubicación.

López-Galiacho avanzó que se concederá un tiempo de adaptación para modificar la situación de estas instalaciones. "Hay que reducir los posibles efectos negativos de las radiaciones y de los campos electromagnéticos sobre los ciudadanos. Para eso se establecerán las distancias mínimas y se elaborará una ordenanza que servirá para regular la ubicación de las antenas en las zonas urbanas", indicó.