Escarmentat

El hado ha jugado una mala pasada. Hoy, primero de abril, "cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas Nacionales sus últimos objetivos militares", el alcalde de Alcoy rinde homenaje al militar del cuerpo jurídico Federico -del germánico fried y rik, reposo poderoso- Trillo -instrumento pedernal y madera para la trilla-, una extraña forma de blindarse, rindiendo culto de latría a quien se pasó, hace unos días, en la precampaña, al utilizar, en territorio valenciano -para él, la nación alicantina-, el gentilicio valenciano en sentido xenófobo: "¡Vaya, con que un valenciano (Lerma) va a venir a Alicante!". Es una cuestion de desvergüenza: "¡Manda huevos! ¡Y algo más!". La fatalidad: se inaugura una alcaldía con un besamanos a Milans del Bosch y se clausura con canciones de parva: Encara no són onze i el sol ja pica, ¿què serà allà a les dotze, si cau calitja.Hoy puede ser un gran día -el de la memoria de san Hugo de Grenoble; luchó contra la simonía episcopal, la corrupción clerical y fue artífice de la Cartuja-, contra la perversa amnesia: es el 61º aniversario de la ocupación de la Universitat de València por delegados del Ministerio de Educación Nacional, 48 horas después de que la liberara el fascista murciano Batlle Vázquez, autoproclamado rector-comisario, que no magnífico, iniciando una profunda "depuración" de cara a "una nueva generación no contaminada de pasados errores", mientras preparaban el fusilamiento del rector, doblemente magnífico, Peset Aleixandre. El día de 1939 en que la II República, derrotada la libertad, naufragó en el puerto de Alicante y de 1478 en que murió el converso Jaume Roig por descabalgar a lo loco en Benimàmet al apretar-li la pixera con lo que ganó aprés ma mort el segur port, celestial, perpetual.