El Madrid sólo permitirá la vuelta de Anelka tras el partido ante el Manchester
Nicolás Anelka sólo tendrá que cumplir la mitad de la pena. Los 45 días de suspensión de empleo se van a quedar en 22, pues al francés se le permitirá volver a entrenarse con el resto de la plantilla a partir del 5 de abril, un día después de que el equipo se enfrente en el Bernabéu al Manchester. Jaime Ussía, portavoz de la junta, anunció la decisión tras dos horas y tres cuartos de reunión. La suspensión de sueldo, por contra, se mantiene en su totalidad. Ussía reconoció que la nueva integración de Anelka en la plantilla "no será un camino de rosas".
Veintidós días de suspensión de empleo y 45 de sueldo. Con eso basta. El castigo a Anelka por sus reiteradas negativas a entrenarse con el resto de la plantilla se mantiene íntegro en el apartado económico, pero se reduce a la mitad en el deportivo. El francés podrá volver a trabajar con sus compañeros a partir del miércoles próximo, al día siguiente de que el Madrid dispute la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones con el Manchester.Eran las ocho y cuarto de la tarde de ayer cuando Jaime Ussía, portavoz de la directiva, comparecía ante los medios de comunicación, a los que informó de que la petición pública de perdón por parte del jugador el pasado martes pesó en la decisión de la Junta tanto como lo que Ussía definió como "interés de la entidad". El portavoz señaló en su intervención que Del Bosque y Pirri acudieron a la reunión para informar sobre la posible reacción de la plantilla. Ussía, al que se le cuestionó si la medida podía levantar ampollas en parte del vestuario, no pudo por menos que aceptar esa hipótesis: "Somos conscientes de que su integración no va ser un camino de rosas. Pero los jugadores tendrán que aceptar la decisión tomada. Les pedimos que piensen en el interés general del club, pues estamos hablando de un gran futbolista y de parte del patrimonio del Real Madrid", enfatizó Ussía, al que la intervención de un periodista inglés, que opinó que con esa medida el Manchester salía beneficiado, le arrancó una amplia sonrisa: "¿Ven cómo se trata de un grandísimo jugador?", concluyó Ussía.
La directiva madridista cree que la sanción a Anelka "como todas las demás, no persigue sólo un castigo, sino también la rehabilitación de la persona, a la que se la debe dar una nueva oportunidad". La razón por la que la reducción del castigo sólo afecta a la suspensión de empleo, y no de sueldo, que se mantiene en su totalidad y por el que Anelka dejará de percibir unos 60 millones, fue justificada así por Ussía: "No queríamos sentar un precedente y por eso mantenemos la sanción económica, que él ha aceptado". Más problemas tuvo para explicar por qué el perdón no se producirá hasta después del partido frente al Manchester: "No estaría bien que fuera inmediato", alegó. "De este modo se habrá cumplido el 50% del castigo y Anelka habrá sufrido la sanción más importante y más dura de la historia del fútbol ".
Sin unanimidad
La directiva desveló que no había existido unanimidad en cuanto a la decisión definitiva, aunque se negó a hacer público si Del Bosque y Pirri eran dos de los opositores a la reducción de la pena. Lo único que reconoció Ussía fue algo tan lógico como que ambos estaban de acuerdo en que la palabra final la tenían Lorenzo Sanz y compañía.
Mientras en los despachos del Bernabéu se celebraba esa reunión, el protagonista de la discordia, Anelka, se entrenaba sobre el césped y abandonaba el estadio sin conocer la decisión final, de la que fue informado por teléfono. Hasta el próximo miércoles, el francés seguirá trabajando con la única compañía del preparador físico. En la mañana de ayer, y ajena a la decisión final, la plantilla se entrenó en la Ciudad Deportiva. Ningún capitán quiso hacer declaraciones. Sólo Karembeu, que apeló a la religión cristiana para hablar de un posible perdón, y Julio César, se refirieron a un conflicto que Anelka, según publicó ayer en su página web, consideró finalizado en el mismo momento en que pidió disculpas.
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