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Tribuna:DÍA A DÍA
Tribuna
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Escala de la glòria

El egipcio Osiris, hermano y amante de Isis, sol nocturno y dios del mundo inferior, sólo aspiraba a ser "el que está al final de la escalera". Jacob en su sueño vio al capdamunt la gloria -como mossén Cinto en su Virolai: Siguen per a tots escala de la glòria/ eixos penyals coberts de romaní-, con ángeles -del griego angelo, mensajero- subiendo y bajando; es la misma que copió Mahoma como vía de justos: Jo pujaré, sense replans d'espera/ cap al camí de l'alba fugissera/ pel tros d'escala que no porta enlloc. El monasterio de Scala Dei fue fundado donde un iniciado pastor mostró a los cartujos un árbol que era la escalera del cielo, que también se aparecía al genio Llull: Pujava l'amic los poders de sa ànima per escala de humanitat, gloriejar la divina natura.La torre de Babel, alzada hasta el cielo, era un siqqurat, una montaña-templo escalonada en espiral. Siete escalones de siete metales -plomo, estaño, bronce, hierro, aleación monetaria, plata y oro-, siete cielos planetarios; siete universos para iniciarse en los misterios de Mitra. Los egipcios conocían estos simbolismos y sus pirámides son una analogía de los siete peldaños que suben las almas de los muertos hacia las estrellas para confundirse con la luz de Ra. La misma virgen María, al presentarla al Templo de Jerusalén, tuvo que subir 15 escalones. Sucesivas purificaciones permiten el progreso hacia la transfiguración; cada rellano -tres en los antiguos presbiterios: fe, esperanza y caridad- corresponde a una virtud. Tres gradas llevan a la cima de la perfección en el primer y más leído tratado de ascética, el Scala Paradisi, del 649, del anacoreta -hoy su fiesta- del Sinaí san Juan Clímaco, del griego climax, escalera: Mare de Déu, tu ets aquella escala/ amb que el pecant lo Paradís escala (A.March).

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