La fiscalía denuncia una celda sin aire ni luz en un centro de menores en Melilla
La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Málaga ha pedido al Gobierno de Melilla que la celda "sin ventanas, luz ni ventilación" del centro de acogida de menores Lucas Lorenzo de la ciudad autónoma no se utilice para encerrar a los niños. Ese órgano recuerda que ese tipo de habitáculos está excluido de las reglas de las Naciones Unidas para el tratamiento de reclusos adultos, de modo que con más motivo deben prohibirse para internar a menores.
Tras una visita al albergue -con niños en régimen de reforma y de acogida- el fiscal comprobó que al final de un pasillo de la planta alta hay una "celda de contención con puerta metálica que resulta del todo inapropiada para alojar ningún menor, ya sea de reforma o de protección, ni siquiera transitoriamente", según el informe remitido a la consejería de Bienestar Social. En este escrito, se recuerda que este tipo de habitáculos están excluidos de las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos aprobadas por el Consejo Económico y Social de las Nacionales Unidas "lo que impide con mayor razón que puedan utilizarse con un menor de edad", argumenta el texto de la fiscalía.
El fiscal requirió al consejero melillense de Bienestar Social, Abdelhamid Mohamed (de Coalición por Melilla), que ordene al director del albergue que no vuelva a alojar a ningún menor en la celda "ni siquiera transitoriamente".
Además, la fiscalía de Málaga, ante las "disfunciones" descubiertas en la acogida de menores, instó a la consejería a que proceda a la tutela "inmediata" de los niños en situación de desamparo y a internarlos en un centro de acogida ya que, en caso contrario, se instruirán diligencias "para la sanción de la posible responsabilidad penal".
110 internados
Hasta ahora, los albergues no acogían a los menores hasta tener una orden judicial melillense, lo que ha retrasado en ocasiones la tutela e internamiento. En Melilla hay actualmente cinco centros de acogida de menores en los que hay internados unos 110 niños, en su mayoría procedentes de países del norte de África como Marruecos y Argelia.
