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Los críticos del PNV de Álava aumentan sus reproches y cuestionan el liderazgo de Arzalluz

Los críticos del PNV de Álava están subiendo el nivel de sus protestas hasta llegar a cuestionar incluso al presidente del partido, Xabier Arzalluz. El giro soberanista del partido, el progresivo aislamiento de los nacionalistas que está provocando esa política, la manifestación tras el asesinato del socialista Fernando Buesa que el PNV convirtió en un acto de desagravio al lehendakari, así como la imposibilidad de articular un debate interno, están provocando duras protestas. El ex diputado general de Álava Emilio Guevara cree que tras el fracaso de Lizarra los dirigentes que lo impulsaron deben dimitir.

Los miembros del PNV de Álava coinciden en que el giro soberanista que dio ese partido tras promover el Pacto de Lizarra y que confirmó en su Asamblea de enero, aprobando el documento Ser para decidir, es un error porque descarta el Estatuto como el punto de encuentro de los vascos. Además, consideran que la ruptura de la tregua ha hecho fracasar el acuerdo de Lizarra y ha acentuado la división en la sociedad vasca y en la alavesa en particular. Estos militantes críticos creen que el Estatuto es la mejor base para la construcción nacional, y aunque no renuncian a explorarlo al máximo para extraerle todas sus potencialidades, piensan que ese trabajo hay que hacerlo con el concurso de nacionalistas y no nacionalistas.

El ex diputado general de Álava Emilio Guevara, del PNV, declaró en una entrevista publicada ayer en el diario El Correo, que el fracaso de esa política "tiene que abrir un proceso de reflexión en el PNV y quienes han conducido esa apuesta, Arzalluz, [el portavoz Joseba] Egibar y quizá alguno más que sigue en el Euskadi Buru Batzar [la ejecutiva peneuvista], deberían poner sus cargos a disposición del partido".

Sin encaje

Sin embargo, las críticas que a lo largo de los últimos meses están haciendo los ex cargos públicos del PNV de Álava no encuentran un encaje en la organización política. La enmienda que el propio Emilio Guevara promovió casi como una enmienda a la totalidad a la ponencia política que el PNV aprobó en su Asamblea Nacional el pasado 15 de enero no llegó siquiera a traspasar el umbral de la organización provincial, y en su nueva dirección política, la ejecutiva que nació el día 29 del mismo mes, no hay nadie que represente las ideas críticas que, a título personal, esgrimen quienes desde 1979 han ocupado cargos de responsabilidad en Álava.

Esa dificultad para que las críticas sean absorbidas de forma interna en el partido provoca que éstas se conviertan casi en actos testimoniales de rebeldía. El ex alcalde de Vitoria José Ángel Cuerda, el ex consejero de Justicia de dos gabinetes de José Antonio Ardanza, Juan Ramón Guevara, y su hermano Emilio, fueron los únicos miembros del PNV que aceptaron la invitación del diputado de Álava, el popular Ramón Rabanera, para conmemorar el día 25 de octubre del pasado año el vigésimo aniversario del Estatuto de Gernika.

Y lo hicieron precisamente cuando el lehendakari Juan José Ibarretxe apostó por obviar esa efemérides y se negó a organizar el más mínimo acto en favor de ese texto que el portavoz de la ejecutiva del PNV, Joseba Egibar, ya había bautizado como "la carta otorgada".

Y si el partido en Álava es impermeable a esas reflexiones críticas, en el resto de las provincias vascas el problema es similar. Además, las propuestas que cuestionan o matizan la línea oficial del PNV están descoordinadas, "quizás de manera premeditada para no desacreditarse frente a la fortaleza del aparato del partido", analiza un parlamentario nacionalista.

Las críticas ya conocidas del ex lehendakari José Antonio Ardanza le costaron toda una reprimenda pública el pasado año, durante la celebración del Alderdi Eguna, el día del partido, al igual que al alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna.

La misma situación se da en Guipúzcoa, donde pese a que numerosos militantes comparten las críticas del ex consejero de Cultura y parlamentario vasco del PNV Joseba Arregi, sus posiciones no tienen encaje en la estructura oficial del partido.

"Lizarra está muerto y sólo vale para crispar"

En una entrevista concedida a El Correo Español el ex diputado general de Álava Emilio Guevara sitúa las críticas a su partido, el PNV, en los siguientes términos: - Estatuto. "Llevamos 20 años de un autogobierno espléndido, a pesar de lo que falta. La gente no entiende que el PNV se embarque en un proyecto soberanista. Hasta hace dos años teníamos un consenso, el Estatuto y una comunidad, ahora hay riesgo de enfrentamiento y estamos en un empate que, de decantarse, sería hacia el no nacionalismo".

- Territorialidad. "La quiebra de la territorialidad es mayor que nunca; tampoco veo condiciones para que se plantee la independencia, algo que la mayoría no acepta. Es un contrasentido hacer propuestas para construir el país mientras se desconstruye".

- Lizarra. "Lizarra está muerto y sólo vale para crispar. Por eso hay que reconocerlo y cambiar. El problema no es haber tomado decisiones que probablemente había que haber tomado, porque hay que asumir riesgos. El problema es seguir por el mismo camino. Es Lizarra lo que no sirve para la paz: mientras exista es imposible atraer a los no nacionalistas".

- Ibarretxe. "Nunca ha habido un gobierno que dé sensación de más debilidad y dependencia. El jueves propuso un Estatuto basado en la soberanía que reconoce implícitamente el fracaso de Lizarra, pero es ambiguo: se queda a medio camino entre la Constitución y la independencia. Aquí no hay déficit democrático".

- PNV. "Hay más afiliados que nunca que dicen en privado que no entienden nada. Pero si dices algo, te acusan de que no quieres la paz. Y como en el PNV tiene un carácter cuasi religioso, la dirección es poco menos que infalible. Persiste el síndrome de la escisión, y quienes no quieren el debate agitan ese espantajo".

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