El Athletic empata en casa con el Sevilla y prolonga su crisis

ATHLETIC 1-SEVILLA 1Nadie puede quejarse de no haber sido avisado. Ya advirtió Luis Fernández de que al Athletic le faltan ideas, frescura, imaginación, gol y hasta condición física. Dicho y hecho. Ayer exhibió todo eso y mucho más ante un rival que vino a ver que se cocía en San Mamés y entregó 45 minutos al rival que le pudieron llevar al desastre.Porque el Sevilla era mucho más de lo que enseñó en una primera mitad tiomorata, de equipo entregado de antemano, y el Athletic mucho menos de lo que aparentó en ese período, con una producción de ocasiones inversamente proporcional a su capacidad realizadora.

Al Athletic le falta gol (Urzaiz y Etxeberria son dos recuerdos de sí mismos) y al Sevilla, casi desahuciado, le sobra miedo. Debió el Athletic sancionar su crisis en ese período, cuando campeó a sus anchas ante un rival acoquinado, pequeñísimo y sólo ocupado en juntarse tanto que rodearon a su portero. Pero lo que malgastaron Tiko, Joseba Etxeberria y Urzaiz no hicieron sino afianzar el terrible diagnóstico de su técnico: ni ideas, ni frescura, ni remate, ni condición física. A la quinta halló el gol Joseba en una nueva muestra de debilidad defensiva del Sevilla, sin cintura ni colocación. Muchos dentrales, pocos defensas.

Pero el Athletic, una vez más, leyó muy mal el partido y en la segunda mitad imitó al colista: se juntó, se encerró y odió el balón como sólo él sabe hacerlo.

Con un central menos, el Sevilla le bastó dar un paso al frente para que aflorase toda la indigencia futbolística del equipo rojiblanco. Al mando de Quevedo y la brega de Juric, el Sevilla se adueñó del partido y le costó muy poco igualar el resultado. Zelayeta avisó en una jugada genial y Juan Carlos ratificó el gol en una incursión de Jesuli, al que nadie marcó jamás. Incluso pudo llevarse el partido si el auxiliar Rafa Guerrero (famoso linier) no anula un gol de Juan Carlos por un fuera de juego que no era. El Athletic sigue en crisis: pero eso lo sabía hasta Luis Fernández.