Redondo asegura que el PNV no se ha enterado del resultado de las elecciones

La consulta popular propuesta por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, para decidir el futuro político de Euskadi cosechó ayer ácidas críticas en las filas socialistas y en el PP. Aunque tampoco Euskal Herritarrok (EH), la marca electoral de Herri Batasuna (HB), acogió de buen grado el planteamiento de Ibarretxe. El secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, tildó de "astracanada" la iniciativa. "No se ha enterado de lo que pasó en las elecciones generales. Los resultados fueron un varapalo a la política de aislamiento de los no nacionalistas y a la política independentista y soberanista del PNV", afirmó Redondo en Madrid, donde asistió a la reunión de la Comisión Política del PSOE. "Cada día [los peneuvistas] están más alejados de las reglas de juego que fueron votadas por todos los vascos, que han acatado vivir con una Constitución y un Estatuto de autonomía". "No se puede", añadió Redondo, "establecer de ninguna manera una posición intermedia entre la independencia y la Constitución española". El dirigente socialista vasco recordó también al partido que dirige Xabier Arzalluz "una pequeña cosa: nunca ha ido con la independencia en su programa electoral". Y enumeró las condiciones para que los socialistas acudan a un nuevo foro de pacificación: que no se aísle a ningún partido democrático, que se respeten las reglas de juego democráticas y que los que se sienten en esa mesa hayan rechazado la violencia.Similar reacción a la de los socialistas, idéntica en algunas cuestiones, se desató entre los populares. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, aseguró con rotundidad que su partido no va a apoyar el modelo de pacificación que el lehendakari hizo público anteayer en el Club Siglo XXI porque "no aporta nada nuevo y sólo supone ahondar en [el pacto de] Estella, en la división, el frentismo y la exclusión". Para Iturgaiz, el plan de Ibarretxe es la puntilla a la posibilidad de desarrollar un proyecto compartido por los demócratas basado en el Estatuto de Gernika.

El presidente del PP, que no desveló si acudirá a una eventual cita con Ibarretxe, aunque sugirió que la ruptura de relaciones sigue firme, criticó al jefe del Gobierno vasco porque "continúa sin entender el mensaje que lanzaron los ciudadanos vascos a través de las urnas".

Iturgaiz insistió en que el PP no compartirá mesa con HB mientras esta formación no condene el terrorismo. "De lo contrario, lo único que haríamos es legitimar a un partido que justifica la violencia", algo que en su opinión "sí están haciendo Ibarretxe y el PNV". Iturgaiz presentó una interpelación para que Ibarretxe explique su propuesta en el Parlamento de Vitoria.

Nacionalistas moderados e Izquierda Unida, por su parte, acogieron el modelo de Ibarretxe como un instrumento válido y positivo para tratar de recuperar un nuevo consenso político entre todos los vascos. El portavoz del PNV, Joseba Egibar, dijo que la propuesta sigue una línea de "lógica democrática impecable" y busca una vía de aproximación a todos los partidos a través de una mesa en la que puedan defender sin límites sus proyectos.

En su opinión, lo que ocurre es que los partidos constitucionalistas sienten vértigo por su "escaso poso democrático" ante la posibilidad de enfrentarse a un foro y tener que presentar alternativas. "¿Qué van a presentar?", se cuestionó.

El portavoz parlamentario de Eusko Alkartasuna (EA), Carlos Garaikoetxea, precisó que el modelo de Ibarretxe no se ajusta totalmente a los objetivos y preferencias de su partido, pero subrayó que lo iba a respaldar al entender que constituye una muestra de "esfuerzo integrador" porque por una parte respeta la voluntad de los vascos y por otra parte del actual entramado institucional para evitar rupturas.