La nueva dirección del PSOE apuesta por mantener como portavoz a Martínez Noval hasta el congreso
El presidente de la comisión política del PSOE, Manuel Chaves, tiene la opinión favorable de la mayoría de los dirigentes de su partido para mantener hasta el congreso de julio al portavoz en el Parlamento, Luis Martínez Noval. En la primera reunión que hoy celebrará la nueva dirección del PSOE se someterá a debate este asunto, y aunque hay entre sus miembros algún criterio en contra, la mayoría se decanta por la continuidad. Los criterios a favor de mantener a los equipos del Congreso y del Senado anteriores obedecen a que debe ser la futura ejecutiva la que designe a los equipos definitivos
A las 12 de la mañana se reunirán por primera vez en la sede federal del PSOE de Madrid los 15 miembros de la comisión política o gestora que dirigirán la vida del PSOE hasta el congreso ordinario del próximo mes de julio. Será la primera reunión, e incluso para algunos la ocasión de conocerse. Manuel Chaves, como presidente, ha recibido en las últimas horas opiniones muy favorables a mantener en la direcciones de los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado a las mismas personas que estuvieron durante la legislatura pasada. Por tanto, el anterior portavoz en el Congreso, Luis Martínez Noval, sería quien hablara en nombre de los socialistas en el debate de investidura del presidente del Gobierno, José María Aznar.Los líderes territoriales consultados reconocen que del asunto se ha hablado en días anteriores de manera paralela a la formación de la gestora y, aunque la última palabra la tiene ese órgano de dirección, no hay inconveniente entre los dirigentes socialistas para que los portavoces del Congreso y el Senado continúen hasta julio.
Provisionalidad
Los criterios que se han esgrimido para abogar por la continuidad tienen que ver casi con los mismos que han utilizado los defensores de hacer un congreso ordinario y no extraordinario; es decir, evitar en lo posible "sucesivas situaciones de provisionalidad", según expresión de un dirigente del PSOE.
Si la comisión política decidiera en los próximos días elegir a otro portavoz parlamentario y renovar a toda la dirección, se presentaría a la sociedad y al resto de grupos parlamentarios un interlocutor para cuatro meses que sería previsiblemente cambiado en el mes de julio cuando el nuevo secretario general nombre a su equipo.
Las razones en contra de mantener a los portavoces parlamentarios que actuaron en la pasada legislatura se resumen en que la sociedad no recibirá el mensaje de renovación que quiere transmitir el PSOE si en su primera actuación parlamentaria de la legislatura toma la palabra el portavoz anterior. Los dirigentes socialistas consultados reconocen que todo tiene inconvenientes, pero que prefieren arrastrar el coste de una crítica inicial por falta de renovación a los inconvenientes de cambiar dos veces de portavoz en cuatro meses, máxime cuando realmente de tiempo efectivo parlamentario sólo habría dos meses.
Estas razones las ha escuchado Manuel Chaves, y personas de su entorno indicaron que la continuidad de Martínez Noval "parece lo razonable". Estos interlocutores no quisieron ser más explícitos ya que la discusión corresponde a la propia comisión política, sin que haya seguridad de que en su primera reunión de hoy se tome esa medida. En todo caso saben que algunos miembros de la gestora están en contra de la continuidad de los equipos anteriores, aunque precisan que son "minoría", según sus propias informaciones.
Pero la primera tarea de la dirección provisional del PSOE es la de repartirse las tareas que hasta ayer mismo realizaban los 11 miembros de la permanente de la ejecutiva federal ya dimitidos. En virtud de las necesidades que tengan, harán efectiva la disposición cuarta de la resolución que anteanoche aprobó el comité federal. Esto es, "la disponibilidad" de los dimitidos para atender los requerimientos de los miembros de la gestora. La secretaría de Relaciones Internacionales, que dirigía Raimon Obiols, es la que se menciona con más fuerza para que continúe trabajando.
Los miembros de la gestora hicieron ayer declaraciones en un sentido muy parecido respecto a su cometido: preparar y asegurar un congreso "abierto, limpio y plural". De manera insistente los componentes de la Comisión Política señalan que ningún militante del partido debe tener motivo para creer que la gestora influye o trabaja en pro de alguien o de una determinación posición política. Luis Pizarro, Cristina Alberdi, Juan Antonio Barrio de Penagos, Elena Valenciano, Máximo Díaz Cano, entre otros, se han manifestado en esta línea.
Sin pasos atrás
Entretanto, tan solo el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, mantuvo su disposición a presentarse a candidato a la secretaría general del PSOE en el 35º Congreso del PSOE, que se celebrará en julio. En una entrevista en RTVE, Bono reiteró que no está dispuesto a "dar un paso atrás" y mostró su entusiasmo por trabajar en la oposición al PP durante cuatro años para intentar ganar las próxima elecciones. "Merece la pena trabajar por un programa de solidaridad, de transigencia, de moderación, para que en nuestro país dentro de cuatro años podamos tener un Gobierno progresista".
Bono defendió como positivas las discrepancias que han surgido en su partido al desatarse la crisis por la renuncia de Joaquín Almunia. Las discrepancias, dijo, son "como la brújula con la que nos movemos". Añadió que "el día en el que todos" estuvieran "uniformados", el PSOE "no sería un partido democrático, moderno y transigente". Eso sí, dijo que en su partido discrepan "con responsabilidad".
También el excandidato a la presidencia del Ejecutivo José Borrell aludió ayer a la posibilidad de repetir como candidato en unas declaraciones a CNN+. A su juicio, su renuncia como aspirante a La Moncloa no le invalida para volver a intentarlo, aunque admitió que no se lo ha planteado.
La gestora mantiene los bloques que ya se enfrentaron en las primarias
Los bloques que desde hace algún tiempo dividen a los socialistas siguen intactos. La composición de la gestora responde a los sectores que se crearon en la primavera de 1998 en torno a Joaquín Almunia y José Borrell en su competición por la designación del candidato a la presidencia del Gobierno. Sector mayoritario o felipista, por un lado, frente a borrellistas, guerristas e Izquierda Socialista. En menos de un año se produjo entonces un corrimiento hacia los críticos, ya que en el congreso de junio de 1997 sólo se habían dado los dos bloques clásicos: guerristas y renovadores. Almunia resultó elegido secretario general con el 73% de los votos, y los críticos sumaron un 24,45%, expresados en votos en blanco, que es la forma en la que se manifiesta el rechazo en ese partido. El voto en contra fue de los guerristas de todas las federaciones, en tanto que la corriente Izquierda Socialista (IS) votó a favor. El sector borrellista entonces no existía.
Un año más tarde, en el proceso de primarias, IS votó a favor de Borrell, igual que los guerristas y los componentes de las llamadas plataformas en pro del ex ministro de Obras Públicas, a los que se sumaron los críticos de todas partes. Borrell ganó con el 54,94% de los votos, frente al 44,67% Almunia.
Las dos votaciones que el miércoles pasado se produjeron en el comité federal del PSOE reproducen esta situación. Unanimidad para la elección de la gestora, en la que están tanto oficialistas como guerristas, borrellistas e Izquierda Socialista, y 38 votos de este último bloque a favor del congreso extraordinario, frente a los 117 de la mayoría. La discrepancia de los guerristas sobre la celebración de un congreso ordinario no impidió que el presidente de la gestora tuviera como interlocutores durante dos días de negociación a Txiki Benegas, Tomás Rodríguez Bolaños y Nicolás Redondo Terreros.
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