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Las voces de la pobreza

"Mis hijos estaban hambrientos, así que les decía constantemente que el arroz se estaba haciendo, hasta que se quedaban dormidos de hambre". Así hablan los más pobres y el Banco Mundial toma nota. En contra de la costumbre, una de las instituciones financieras más poderosas del planeta ha preguntado a más de 60.000 desfavorecidos cómo es su vida en la miseria. El resultado es el estudio Voces de los pobres, que acaba de salir a la luz.Los desheredados (el 56% de la población mundial) ofrecen testimonios sobrecogedores. El Banco Mundial reconoce que, a pesar del aumento global de la prosperidad, "la pobreza persiste y se intensifica entre ciertos grupos y en ciertas regiones del mundo". Y tiene múltiples caras. "De Georgia a Brasil, de Nigeria a Filipinas, afloran cuestiones similares: hambre, privación, impotencia, violación de la dignidad, corrupción, desigualdad por motivos de sexo (...)", señala el estudio. Unos 1.200 millones de personas viven con menos de un dólar diario (172 pesetas) y 2.800 millones tienen un presupuesto de dos dólares al día.

"La pobreza es dolor, se siente como una enfermedad. Ataca a la persona no sólo materialmente, sino también moralmente. Devora su dignidad y la lleva a una desesperación total". El testimonio, ofrecido por una mujer moldava en 1997, precede al diagnóstico del Banco Mundial: "Los pobres sufren el dolor físico provocado por la comida escasa y las largas horas de trabajo; el dolor emocional proveniente de las humillaciones diarias derivadas de la dependencia y la falta de poder, y el dolor moral de verse obligado a hacer elecciones como usar los limitados recursos del hogar para salvar la vida de un miembro de la familia enfermo o dedicarlos a dar de comer a sus hijos".

Los protagonistas lo definen así: "Pobreza es llegar a casa, ver a tus hijos hambrientos y no tener nada que darles" (padres brasileños). "Tu hambre nunca se sacia, tu sed nunca se calma, ni siquiera logras dormir hasta que no puedes más de cansancio" (ciudadano senegalés). "Cuando voy al colegio por la mañana, no tengo desayuno. A mediodía, no hay comida. Por la noche tengo algo de sopa, y no es bastante. Cuando veo a otro niño comiendo, le miro, y si no me da algo, creo que me voy a morir de hambre" (niño gabonés de 10 años). "Si no tienes dinero hoy, tu enfermedad te llevará a la tumba" (anciano de Ghana).

Los indigentes consideran que la educación es una vía de escape sólo si mejora su calidad y las condiciones económicas se tornan más favorables. La enfermedad -añaden- implica miseria, ya que obliga a fuertes gastos. El estudio, de más de 300 páginas, constata que los Gobiernos han sido en gran medida ineficaces para resolver la situación de los más desfavorecidos. Los pobres denuncian que la corrupción dificulta su acceso a los servicios básicos (salud, educación, justicia...) e incluso a la ayuda social. A partir de su testimonio, el estudio señala que el papel de las organizaciones no gubernamentales (ONG) en la vida de los desfavorecidos "es limitado": ni siquiera las más importantes pueden alcanzar a la mayoría de los necesitados. En algunas zonas son las únicas instituciones que merecen confianza, pero en otras se las considera ajenas e incluso corruptas, aunque mucho menos que las instituciones oficiales.

La pobreza también derrumba muchos hogares. "Los hombres, incapaces de adaptarse a su fracaso por no ganar lo suficiente, tienen dificultades para aceptar que las mujeres ganen el pan, lo que supone redistribuir el poder familiar. Con frecuencia, el resultado es el alcoholismo y la violencia doméstica por parte de los varones", señala el informe. Las mujeres reaccionan de distinta manera ante la adversidad: "Se tragan el orgullo y salen a buscar trabajo, hacen cualquier cosa para poner algo sobre la mesa para sus hijos y maridos".

El estudio recoge testimonios de personas que dicen haber presenciado la venta de bebés en Tbilisi (capital de Georgia) para poder mantener al resto de la familia: "Cerca de la estación de tren, una mujer decía a los peatones: 'El niño morirá de hambre. Lléveselo aunque no pague".

Más información: http://www.worldbank.org/devforum

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