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Israelíes, palestinos y jordanos negocian un proyecto para compartir recursos hídricos La Comisión Mundial del Agua desmiente que sus propuestas apoyen la privatización

ENVIADA ESPECIALRepresentantes de Israel, Palestina y Jordania revelaron ayer en el II Forum Mundial del Agua que se celebra en La Haya (Holanda) las negociaciones que mantienen para compartir su recurso más escaso: el agua. Los tres países bañados por el Jordán suman una población de 16 millones de personas y disponen de unos recursos hídricos no mayores que los de Murcia, que tiene 1,1 millones de habitantes.Líbano y Siria han rehusado incorporarse al grupo de trabajo internacional, pero no se descarta que acaben sumándose.

Desde la Conferencia de Madrid que dio en 1991 los primeros pasos para poner fin a los conflictos en Oriente Próximo, el proceso de paz enfocó inmediatamente su interés en cinco cuestiones claves: el desarrollo económico, la seguridad y el control de armas, los refugiados, el medio ambiente y el agua.El diagnóstico que el grupo multilateral compuesto por Australia, Canadá, la Unión Europea, Francia, Holanda y Estados Unidos define la zona como un territorio caracterizado por una escasez crónica cuya gravedad se concentra en Palestina y Jordania. Un estudio posterior llevado a cabo por la agencia de cooperación de Alemania estima que el crecimiento de la demanda derivado del aumento de la población no podrá atenderse con los recursos propios.

Las cuentas no salen. Se gastan más de 3.000 millones de metros cúbicos al año cuando sólo hay disponibles 2. 700. Las extracciones de agua subterránea no hacen más que reducir el nivel de las capas freáticas hasta el punto de hacer aflorar agua fósil con altos niveles de salinidad.

Los consultores alemanes que han elaborado una especie de plan hidrológico para la zona apuntan tres soluciones al problema: importar agua de Turquía o Irak, mediante trasvases, traerla en balsas o buques cisterna desde países excedentarios como Yugoslavia o desalinizar el agua de mar. De las tres alternativas propuestas la más cara son los trasvases. El precio del agua canalizada saldría tres veces más elevado que la desalinización, y los obstáculos políticos y de seguridad serían casi insalvables.

La alternativa más barata es la de desalar el agua de los mares Mediterráneo, Rojo o Muerto. El único proyecto en estudio se localiza en Akaba (Jordania) y lo desarrolla La Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammennarbeit. La planta tendrá una capacidad para producir 10 millones de metros cúbicos de agua dulce al año para la ciudad, pero no se ha decidido aún su construcción ni tampoco quién la pagará.

Cuestión de precio

Para los jordanos y palestinos es una cuestión clave no sólo la financiación de estas plantas sino también el precio que habrá de pagarse por el agua desalada. Según advertía un palestino experto en agua, la desigualdad económica separa a Israel de los otros dos países más que ninguna otra diferencia: "Mientras la renta per cápita de éstos no pasa de los 1.100 dólares, la de Israel supera los 16.000 dólares. ¿Quién puede pagar el kilovatio hora a 0.95 dólares cuando los ingresos de un palestino rondan los 100 dólares al mes?"

Los técnicos del grupo multilateral que han prestado apoyo para resolver los problemas del agua en Oriente Próximo reclaman en el II Foro Mundial del Agua más ayuda de sus países donantes para llevar a cabo sus propuestas. "¿Dónde está la ayuda de España, que de escasez de agua sabe algo?", preguntó EL PAÍS al ministro de Agua y Regadíos de Jordania, Edward Qungar. "Hemos tenido algún contacto bilateral de técnicos. Eso es todo. Nos gustaría que esta colaboración fuera más intensa", respondió.

Por otro lado, el portavoz del II Foro Mundial del Agua, Frank R. Rijsberman, salió al paso de las interpretaciones que algunas ONG han hecho del informe elaborado por la Comisión Mundial del Agua en el que, según las ONG, se hace una apuesta por la privatización como alternativa para resolver la crisis del agua en el mundo.

Rijsberman se hizo eco de la afirmación de un parlamentario indio, quien afirmó que con lo que gana un agricultor no tiene para comprarse 9 botellas de Perrier (agua carbonatada francesa que se ofrece gratis en el Forum). Precisó que el informe de la Comisión no hace un llamamiento a la privatización, aunque sí la hace para que los precios reflejen su coste, y dejó claro que el agua debe mantenerse en manos públicas porque es un recurso común de la humanidad.

Arundhati Roy, en campaña contra los embalses

"Con las ventas de mi libro gano más de lo que necesito para vivir", decía ayer la escritora hindú Arundhati Roy en el II Forum Mundial del Agua que se celebra en La Haya. Roy vive en el Reino Unido, país en el que se dio a conocer como escritora después de ganar el premio Booker por su novela El dios de las pequeñas cosas. Ha venido a este foro para acompañar a su compatriota Medha Pattkar, una mujer tremendamente luchadora y fundadora de un movimiento de oposición al megaproyecto gubernamental que pretende convertir en un vergel el valle del Narmada, una lengua de 1.312 kilómetros de longitud situadaen el noroeste de India, mediante la construcción de 30 grandes embalses, 135 de mediano tamaño y otros 3.000 más pequeños en el curso de sus afluentes.

Desalojos

Roy fue detenida hace unos meses cuando participaba en una manifestación contra ese proyecto que ha desalojado ya a miles de familias de sus hogares sin compensaciones ni otras tierras donde poder realojarse y rehabilitar sus vidas. "Me metieron en un coche privado de la compañía que construye la presa de Sardar Sarovar. No sólo han privatizado el agua, sino hasta la policía", recordaba ayer la escritora.

Roy se animó a desplazarse a la Haya cuando supo que el Gobierno indio acudía también a presentar el proyecto y ofrecer al mundo una versión del megaproyecto con "datos falsos". Según la escritora, el gobierno del estado de Guajarat, del que es natural, maneja estadísticas que no se corresponden con la realidad. Dicen que con las presas se crearán nuevos regadíos con los que la India logrará su autosuficiencia alimentaria. Roy precisa que, con las presas construidas en India desde que las promocionó Nerhu ("las llamaba los nuevos templos de los tiempos modernos"), sólo se producen el 12% de los alimentos del país, exactamente los desechos que se comen las ratas por los excedentes alimentarios.

Pero lo que mueve a Roy y a Medha Pattkar a encabezar la lucha en Guajarat -la más intensa desde la independencia del país- no es su oposición a las presas en sí sino a los procedimientos empleados por los inversores y los políticos, en los que no se ha facilitado audiencia a los afectados ni se les ha permitido participar en la toma de decisiones.

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