Tres accidentes pirotécnicos con cinco heridos ensombrecen el fin de fiesta

Tres accidentes pirotécnicos empañaron la última jornada de las Fallas. El más grave afectó a un niño que fue víctima de una explosión y anoche seguía ingresado en un hospital. Otro siniestro se produjo en el disparo de la mascletà en Natzaret y provocó tres heridos leves y algunos daños materiales. El tercero acabó con una mano maltrecha. Daniel E. S., de 11 años, bajó ayer después de comer a jugar a la zona en la que se había disparado la mascletá de la falla Antic Regne-Mestre Serrano, en Russafa. Mientras el niño paseaba entre los restos del material pirotécnico, se produjo una explosión, no se sabe si causada por una carcasa o por los petardos que pudiera llevar el pequeño. Ante la seriedad de las heridas, que vieron unos policías lo trasladaron al hospital Clínico, donde le fue practicada una intervención quirúrgica. Los médicos explicaron que el niño ha perdido un ojo y tenía una mano destrozada que le han recompuesto. Otro petardo le destrozó una mano a J. G. F., de 25 años, en una calle de Valencia.

El tercer siniestro se produjo en la mascletà de la calle Mayor, en Natzaret, cuando las carcasas del tramo final estallaron al unísono. La explosión causó heridas leves a tres personas, dañó a tres vehículos y destrozó los cristales de varias fincas. Sólo un herido fue hospitalizado, el pirotécnico César V. B., de 39 años. Manuel G. S., de 38, y José Luis P. L., de 36, sufrieron cortes.