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CiU se niega a entrar en el Gobierno de Aznar, aunque no pondrá límites al diálogo con el PP

Convergència i Unió (CiU) está dispuesta a negociar con el Partido Popular, aunque no aceptará en ningún caso entrar en el Gobierno. Los nacionalistas dejaron ayer la pelota en el tejado del PP. "Nuestra colaboración ha sido leal, responsable y positiva; ahora esperamos del Partido Popular y del Gobierno la misma comprensión hacia Cataluña", respondió el portavoz del Ejecutivo catalán, Artur Mas, a la oferta de diálogo lanzada por José María Aznar. CiU sólo entraría en el Ejecutivo si previamente viese cumplidos sus grandes objetivos: mejorar la financiación y elevar el techo de competencias.

La mayoría absoluta obtenida por los conservadores ha obligado a CiU a rectificar su estrategia. Ahora, la fuerza de convicción deberá llegar por el camino del diálogo, pero en ningún caso de los escaños. La semana próxima empezarán las negociaciones bilaterales entre nacionalistas y conservadores y con toda seguridad se entrevistarán José María Aznar y Jordi Pujol, aunque la fecha dependerá de la cumbre europea de Empleo de Lisboa.CiU descarta totalmente votar en contra en el debate de investidura y, de momento, opta por la abstención. Su apoyo estará supeditado, según comentaron fuentes de la coalición, a que el PP acepte las 12 condiciones planteadas en la campaña electoral, y éstas incluyen el eje central de las reivindicaciones nacionalistas, es decir, el pacto fiscal y el incremento del autogobierno.

"Estamos esperando", afirmó Mas, "que las buenas palabras se traduzcan en hechos positivos con vistas a los objetivos que tenemos planteados para Cataluña". Para ello, los nacionalistas catalanes demandan del PP el mismo grado de "lealtad y colaboración" que ha mantenido CiU en "los grandes temas que afectan al conjunto del Estado".

La actitud de la coalición sigue siendo la misma: "En un Gobierno no se está para reivindicar", coincidieron en afirmar Artur Mas y el cabeza de cartel de CiU, Xavier Trias, por lo que ahora no se dan las circunstancias para que, por primera vez en la etapa democrática, los nacionalistas catalanes tengan algún ministerio.

Pacto fiscal

La holgada mayoría del PP ha pillado tan desconcertados a los nacionalistas que ayer ya se produjeron las primeras disensiones. A Jordi Pujol no le gustaron en absoluto las manifestaciones de su consejero de Economía y portavoz, Artur Mas, en las que aceptaba implícitamente la propuesta de financiación autonómica de Eduardo Zaplana, presidente de la Comunidad Valenciana.

Pujol llamó ayer a Mas a su despacho para reñirle. El consejero tuvo que salir después públicamente a desmentir lo afirmado un día antes y a reiterar que CiU no ha modificado un ápice sus reivindicaciones y que aspira a conseguir un pacto fiscal.

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