La presión del bipartidismo

Únicamente el Atlético (1995-1996) ha sido capaz de interrumpir el bipartidismo que gobierna el fútbol español desde que el Barça acabó con la jerarquía vasca del inicio de los ochenta, cuando la Real (1980-82) y el Athlétic (1982-84) lograron los cuatro primeros títulos en disputa. Barça y Madrid se han repartido los campeonatos con suficiencia, sobre todo los azulgrana, que con Cruyff marcaron el paso en los noventa hasta la irrupción del Atlético de Antic, que cantó el doblete en la que fue llamada la Liga de Pantic y del balón parado.Antic acabó con el cruyffismo (o al menos Pantic le sirvió de coartada a Núñez para prescindir de Cruyff) y hoy vuelve a escena para otra empresa como la de intentar salvar al Atlético a costa del Madrid del interino Del Bosque, cuyo referente es otro madridista, Molowny, el último técnico español que ganó la Liga (1985-86) con excepción del hispano argentino Valdano (1994-95). Valdano y Molowny sucedieron a Clemente y Ormaechea en el currículo de entrenadores campeones, al que ahora pretende incorporarse Del Bosque y también Irureta, que en el Deportivo ha tomado el testigo de Arsenio, al que el penalti fallado por Djukic le negó la gloria (1994-95). Frente a la creciente españolización de los banquillos (catorce técnicos ante seis extranjeros), aparece Van Gaal, al que le avalan dos títulos consecutivos y un plantel envidiable. Especialista en remontar, el Barça tiene como reto novedoso compatibilizar la Liga con la Copa de Europa, al igual que el Madrid, y a diferencia del Deportivo, al que sólo le ocupa el campeonato doméstico que lidera desde las últimas 17 jornadas, dato que no le exime de la duda: ¿Aguantará o cederá a la presión del bipartidismo?