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BMW entrega Rover a una sociedad sin experiencia en el sector automovilístico

La sociedad británica de capital de riesgo Alchemy Partners heredó ayer el fabricante automovilístico Rover sin desembolsar un penique a sus propietarios, el grupo alemán BMW, y sin asumir la deuda. El traspaso provocó la ira del Gobierno británico, que declaró estar "decepcionado", acusó a BMW de incumplir los compromisos que asumió cuando compró Rover en 1994 y aseguró que BMW también se deshará de Land Rover.

Con el desmembramiento de Rover muere también el nombre de la filial de BMW en el Reino Unido. Los nuevos propietarios, la firma Alchemy, fundada en 1997 y sin ningún tipo de experiencia en el sector automovilístico, rebautizan la deficitaria división como The MG Car Company, en reconocimiento de la popular marca británica de coches deportivos. La nueva compañía fabricará las series Rover 25 y 45, el viejo Mini y el MGF, lanzado en 1995, en la planta de Longbridge. BMW seguirá fabricando, bajo contrato, el modelo Rover 45. BMW iba en principio a conservar las marcas claves del grupo, Land Rover y el nuevo Mini. Sin embargo, el Gobierno británico aseguró ayer que BMW también se deshará de Land Rover.Jon Moulton, fundador de Alchemy, señaló ayer que la sociedad cuenta con un respaldo financiero de 1.000 millones de libras (unos 270.000 millones de pesetas) para invertir en la nueva MG. Esta inyección será insuficiente para desarrollar nuevos modelos Rover, como la gama 30, que se encontraba entre los planes de BMW. "No pretendemos ser un fabricante de masa, sino de volumen medio y con un enfoque en mercados especializados", dijo. Para el sindicalista Tony Wooley, las actividades de Longbridge, con una plantilla en torno a los 9.000 empleados, quedan ahora a merced de "un grupo de principiantes", en referencia al equipo de Alchemy, formado por especialistas financieros.

Alchemy proyecta recortes de gastos, incluido un número indeterminado de despidos, como primer paso de un plan de saneamiento y recuperación financiera. Vender a un tercer protagonista la nueva The MG Car Company antes de seis años es el objetivo confirmado por Moulton.

El ministro de Comercio e Industria, el laborista Stephen Byers, así como el portavoz del primer ministro, Tony Blair, expresaron ayer en el Parlamento de Westminster su frustración y decepción por una venta que, señaló, deja a los empleados de Rover en una situación de incertidumbre. Blair está "obviamente decepcionado", dijo su portavoz. Byers también acusó a BMW de incumplir los compromisos que asumió al comprar Rover en 1994. "Hace seis años se llegó a un acuerdo claro entre el Ejecutivo inglés, los trabajadores de Rover y el grupo BMW, que estipulaba que el equilibrio económico y financiero de Rover no se alcanzaría antes del año 2002", declaró Byers en los Comunes.

El creciente valor de la libra frente al euro aparece como el detonante de la salida parcial de BMW del Reino Unido. El grupo alemán advirtió ayer que la fortaleza de la divisa británica ha encarecido los planes de inversión en la modernización de la planta de Longbridge y en el desarrollo de nuevos modelos Rover. "No hubieramos podido hacer frente a esta carga fuera de nuestro control ni con un incremento extremo de la productividad ni con el traslado al continente de los suministradores", señaló el presidente de BMW, Joachin Milberg, en un comunicado que confirma en 1.207 millones de euros (más de 200.000 millones de pesetas) las pérdidas registradas por Rover en 1999. BMW también aprovechó la ocasión para despedir a tres de sus directivos, los responsables de ventas, producción y desarrollo.

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