El Mallorca sucumbe al empuje turco
El Galatasaray hizo valer su tenacidad en Son Moix, de donde sacó una renta excesiva
El Galatasaray asestó un zarpazo mortal al Mallorca al humillarle en Son Moix y dejarle a las puertas de la eliminación de la Copa de la UEFA. El equipo turco hizo lo que nadie había hecho hasta ahora: ganar en Palma y, además, con autoridad insultante. Tres goles de fantasía, con sendos sombreros al meta Leo Franco, abrieron las puertas a la victoria visitante.La pasión dejó paso al baño turco cuando el Galatasaray logró dos goles al finalizar el primer tiempo y en el inicio de la reanudación. Fueron dos golpes muy duros para los mallorquinistas, que habían hecho lo mejor y lo peor del partido, pero que no supieron sustraerse al juego sucio (14 faltas en la primera parte) y enmarañado planteado por sus rivales.
MALLORCA 1GALATASARAY 4
Mallorca: Leo Franco; Olaizola (Armando, m.61), Nadal, Siviero, M. Soler; Lauren, Engonga, F.Soler (Ibagaza, m.61), Stankovic; Carlos (Novo, m.85) y Diego Tristán. Galatasaray: Taffarel; Okan (Ahmet, m.85), Capone, Bulent, Ergun; Umit, Suat, Hagi (Hassan, m.81), Emre; Arif y Sukur (Marcio, m.82). Goles: 0-1. M.43. Arif, de vaselina. 0-2. M.48. Emre, desde el vértice del área con un globo cruzado y ajustado al travesaño. 0-3. M.59. Sukur supera por alto a Leo Franco. 0-4. M.65. Okan, por bajo. 1-4. Lauren, tras un rechace de Taffarel. Árbitro: Dick Jol (Holanda). Amonestó a Arif, Suat, Emre, Lauren, Carlos y Armando. Son Moix. Unos 20.000 espectadores.
Los turcos sacaron de sus casillas a los isleños y hasta el veterano Hagi dio muestras de conocer el decálogo de cómo exasperar a su marcador, en este caso Olaizola, sin que el árbitro se percatase.
El Mallorca tuvo que resistir el tremendo desgaste inicial que le exigió el Galatasaray. El equipo turco presionó muy arriba. Fue una persecución en toda la regla. La defensa mallorquinista se las veía y se las deseaba para sacar el balón jugado. A medida que transcurrieron los minutos sucedió lo mismo, pero ya en el centro del campo, donde Arif, Emre y Suat formaron una tela de araña que atascó el juego del Mallorca por completo.
Los turcos no dejaban resquicios, y para ello no escatimaban un descomunal y muchas veces antirreglamentario esfuerzo. Las tarascadas eran constantes y Arif, pese a que fue el primero en ver tarjeta amarilla, insistió en una colección de faltas que quedaron impunes. Y fue él, precisamente él, quien fabricó la jugada del primer gol, por lo demás muy bien elaborada, con un toque de espuela para combinar con Sukur, que le devolvió de cabeza y le permitió empalmar un tiro en parábola.
El panorama era de lo más desolador para el Mallorca, que se había pasado todo el primer tiempo insistiendo de forma infructuosa en superar los dos muros que formó el Galatasaray. De los denodados esfuerzos del correoso Lauren y el constante Engonga apenas salieron balones aprovechables para Stankovic, Carlos y Tristán. El Mallorca sólo puso una vez en peligro la portería del brasileño Taffarel, con un tiro excesivamente cruzado de Carlos. El portero brasileño apenas sufrió y dio la impresión de recrearse en un par de acciones en las que despreció la cercanía de los delanteros del Mallorca y combinó con mucha frialdad y con el pie con sus compañeros.
El Galatasaray humilló al Mallorca y se recreó en el daño psicológico que le infligió, sobre todo, en la segunda parte. El revolcón fue de tal magnitud, que mucha gente empezó a abandonar Son Moix en el minuto 60. El equipo que había eliminado al Ajax y el Mónaco estaba roto en mil pedazos, sin capacidad de reacción, y se expuso a un ridículo mayúsculo ante los ojos de media Europa.
La noche más triste del Mallorca parece haber cerrado una etapa brillante, iniciada con Héctor Cúper en el banquillo, al tiempo que abre una profunda reflexión en el seno de la entidad balear. Con la eliminación de la Copa de la UEFA casi consumada, sólo un milagro en el infierno del campo Ali Sami Yen mantendría vivo al Mallorca.
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