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Un partido que ni pintado

El Barça gana plácidamente al Hertha de Berlín y se asegura el primer puesto del grupo

De camino hacia los cuartos de final, el Barça va resolviendo aquellos asuntos que le permitan llegar lo mejor posicionado posible. Frente al Hertha de Berlín, se imponía la victoria como prioridad, para asegurarse el primer puesto y ganarse el factor campo en la próxima ronda, y, de paso, era menester que Abelardo y Figo pillaran una tarjeta amarilla para cumplir sanción el próximo martes en Praga, en el último partido de la serie, antes de las eliminatorias directas. Ni una hora tardaron los azulgrana en despachar uno y otro trámite, circunstancia que no sólo expresa la facilidad de la empresa de anoche sino que avala el feliz momento que vive el equipo, enganchado al gol, enchufado a buenos marcadores, deseoso de las grandes afrentas, como la que le aguarda el sábado ante el Deportivo. Fue un partido que ni pintado.El Hertha le dio un punto de interés al partido con un gol de muy buen ver. Covic dibujó un centro agradecido desde el puesto de volante derecho que Alves cabeceó a la red como si fuera un ariete, marcando los tres tiempos, y ajustando la pelota al palo. Un tanto ya conocido en el estadio, pues aún hoy se recuerdan los testarazos de Jardel en el encuentro ante el Oporto, y que cuestiona el posicionamiento de la zaga azulgrana frente al juego aéreo del contrario. El gol estimuló al Barcelona, muy relajado y disperso. Puesto que el choque discurría cuesta abajo, sin tensión competitiva, le costó al Barça encontrar el punto de velocidad que le garantizara un juego fluido, colectivo, combinativo, de equipo. Tanto por su carácter como por las ausencias, el partido fomentaba sobre todo el culto al individualismo, terreno abonado para los delanteros azulgrana, repletos de munición.

BARCELONA 3HERTHA DE BERLÍN 1

Barcelona: Hesp; Puyol, Abelardo (Déhu, m.52), Frank De Boer, Bogarde; Ronald De Boer (Lítmanen, 70), Xavi, Gabri; Figo (Simao, m.46), Kluivert y Rivaldo. Hertha Berlín: Kiraly; Rehmer (Neuendorf, m.59), Herzog, Van Burik (Wosz, m.56), Sverrinsson; Michalke, Schmidt (Saim, m.78), Covic, Hartmann; Alves y Preetz. Goles: 0-1. M.7. Centro por la derecha de Covic que remata de cabeza Alves. 1-1. M.11. El despeje de Hartmann es recogido en la frontal del área grande por Xavi que empalma un zurdazo que tras tocar en Van Burik supera a Kiraly. 2-1. M.48. Gabri le roba un balón en el centro del campo a Van Burik, se interna y salva la salida de Kiraly. 3-1. 82. Kluivert, tras un tiro de Lítmanen, controla y a la media vuelta marca. Árbitro: Michel Piraux (Bélgica). Mostró tarjeta amarilla a Hartmann, Rehmer, Michalke, Neudorf, Figo y Abelardo. Los azulgrana no podrán jugar el próximo partido en Praga. 45.000 espectadores en el Camp Nou.

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Kluivert, Figo, Ronald de Boer y Rivaldo tiraron la línea de ataque muy cerca del balcón del área, y empezaron a apuntar a Kiraly, un meta muy heterodoxo. No tardó el Barcelona en alcanzar el empate. Xavi se benefició de un rebote de Van Burik a la salida de un córner y ratificó la solvencia del equipo azulgrana en las jugadas a balón parado. Atajado el partido, el grupo de Van Gaal recuperó la distensión y se organizó alrededor de Kluivert. A falta de extremos, el ariete ofreció un surtido de gestos técnicos que llenaron el partido. Los pases interiores, las paredes y las fintas colorearon la noche.

El partido tuvo un cierto tono circense, sobre todo por la elasticidad de Kluivert y el serpentear de Figo. Rivaldo quedó más marginado del encuentro. Últimamente ha retrocedido unos pasos en la cancha, se ha metido más hacia adentro y se entrena en el papel de Gerson, tal que fuera un interior izquierdo, como siempre ha dejado dicho, pese a contrariar al entrenador. Hubo un cierto apelotonamiento en la línea de tres cuartos en detrimento de las bandas, que quedaron especialmente despejadas, y el Barça se perdió en los remates. Empeñados en el pim-pam-pum más que en la elaboración del juego, los azulgrana jugaron demasiado cómodos, como si fueran un equipo pesado, especialmente lento.

La pelota viajó siempre de pie a pie, sin trabajar los espacios, con una punta de gas, sin interés por encontrarle el hilo al encuentro, jugando cada uno su partido. La falta de puntería de Kluivert, especialmente torpe en el remate, y de Rivaldo abundó en la pesadez de la contienda, resuelta muy pronto, en el inicio del segundo tiempo, con un gol de Gabri en una meritoria acción particular y que completó la feliz jornada para los canteranos barcelonistas (Xavi, Gabri y Puyol). Resuelta la cosa, el equipo se dejó ir y Van Gaal completó la rueda de cambios que ya había iniciado con la sustitución de Figo en el descanso.

No le costó al Barcelona atrapar el final con una punta de gas, con el mínimo desgaste, y un tercer gol, obra de Kluivert, coronado como el rey de una noche tan apacible que se cumplieron cuantos asuntos quedaban por resolver.

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