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El Hércules de los mares

Blanca Cia

Una de las hojas del puente levadizo del puerto de Barcelona estuvo suspendida en el aire 12 horas, colgando de los tirantes de una inmensa grúa flotante. El barco grúa se llama Asian Hércules. La empresa propietaria es la holandesa Smit y tiene matrícula de Singapur. Se trata de una gigantesca estructura de hierro flotante: 96 metros de eslora por 48 de manga. Más o menos la mitad de un superpetrolero.Es un barco grúa que sirve para levantar lo que se resiste a cualquier anclaje terrestre. La Asian Hércules desplaza 20.000 toneladas y es capaz de levantar 3.500 toneladas de peso. O sea, que izar las 2.000 toneladas de peso de cada una de las hojas del puente levadizo de Barcelona no le costó gran esfuerzo. Es más, este Hércules de los mares es reclamado a menudo en cualquier parte del mundo para rescatar del fondo del mar embarcaciones hundidas. Llegó a Barcelona para el montaje del puente y permanecerá en el puerto hasta finales de mes porque realizará otros trabajitos, como transportar de un muelle a otro una de las grúas portacontenedores. La Asian Hércules es uno de los tres barcos grúas más grandes del mundo.

Cuentan en la consignataria Marítima del Mediterráneo, que representa en España a la empresa propietaria del barco, que la operación del puerto de Barcelona fue compleja pero que se desarrolló sin problemas. La tripulación estable del barco es de 15 miembros, aunque los operativos aumentan en función del trabajo de que se trate. En el caso del puente levadizo de Barcelona, el equipo técnico fue de 35 personas. Los preparativos duraron cinco días, tiempo que requirieron para realizar las pruebas para izar las dos losas del puente, una de ellas situada en el muelle de Levante y otra en la dársena Sur. "El barco tuvo que calcular todos los movimientos del transporte desde donde estaban las losas hasta el anclaje de la estructura", cuentan desde la consignataria. En el anclaje de una de las hojas del puente se tardaron doce horas. La segunda fue más rápida, de ocho.

"Es un trabajo delicado por lo que comporta la operativa de cualquier puerto aunque en el caso de Barcelona no hubo dificultades ya que se suspendió el tráfico", continúan explicando. Lo más complicado de la maniobra fue el momento preciso de calcular la separación del muelle para izar cada una de las losas. Pero, ¿y el balanceo? Y contestan: "Nada, apenas es perceptible. Un barco como el Hércules casi no se mueve".

Vicens Gimenez
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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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