Los socialistas vascos ceden Guipúzcoa, pasan al tercer puesto en Euskadi y pierden un diputado

Los socialistas vascos ayudaron también desde el País Vasco a la debacle socialista general al pasar a ser la tercera fuerza política y perder más de 38.000 votos y un escaño. Los socialistas ceden Guipúzcoa, retroceden a la tercera posición en Vizcaya y sólo salvan los muebles en Álava, donde también pierden más de 1.000 votos. El líder de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, resaltó que la "radicalidad" de los discursos del PP y del PNV han polarizado la campaña en detrimento del discurso del "sentido común". Redondo dijo que el éxito del PP "perjudicará" a la sociedad vasca.

El líder de los socialistas, Nicolás Redondo Terreros, calificó ayer el retroceso de su formación en el País Vasco frente a los comicios generales de 1996 de "cierta situación de estancamiento". Aseguró que el PNV se ha beneficiado de la abstención de EH en estas elecciones y avanzó que "el éxito del PP no es el buen camino" y advirtió que "perjudicará a la sociedad vasca". Con todo, recordó que los partidos de Estella lograron 8 escaños y las fuerzas constitucionalistas 11.El cuartel general de los socialistas vascos en Bilbao era ayer pura desolación. La tristeza del escasísimo público que acudió al hotel Ercilla creció enteros al ver por television a su secretario general federal, Joaquín Almunia, como presentaba su "dimisión irrevocable". Redondo dijo que ese gesto "engrandece" a Almunia y pidió "calma, tranquilidad" para analizar los resultados y reflexionar "sobre los errores que hayamos podido cometer".

Los socialistas vascos retrocedieron ayer hasta la tercera fuerza en el País Vasco y perdieron cerca de 38.000 votos y un diputado. El PSE perdió la hegemonía en Guipúzcoa, donde la abstención propugnada por Euskal Herritarrok situó a esta provincia como la única donde hizo mella la campaña abstencionista. Es en este territorio en donde los socialistas pierden un escaño, en beneficio del PP, y unos 15.000 votos. El PSE pierde además en San Sebastián en favor del PP. El PSE no logró buenos resultados en sus graneros tradicionales de voto como San Sebastián, el cinturón industrial de Donostialdea.

Comparativamente, la provincia donde menos se resiente el PSE es Álava. El asesinato del principal dirigente de los socialistas alaveses, Fernando Buesa -para el que Redondo tuvo un especial recuerdo y sus primeras palabras en su comparecencia ante la prensa- espoleó a los ciudadanos de Alava a acercarse a las urnas y a votar mayoritariamente por las candidaturas constitucionalistas. Pero el duelo entre el cabeza de lista socialista, Ramón Jáuregui, y el candidato popular y alcalde de la capital, Alfonso Alonso, se resolvió con la victoria del dirigente popular. Una vez más se cumplió la regla no escrita de que la formación triunfadora en la Alava es la del candidato que pasará los próximos cuatro años en La Moncloa. El acuerdo entre el PSE y Ezker Batua (EB-IU) en las listas para el Senado no permitió a las candidaturas progresistas desplazar al PP y apuntarse tres de los cuatro senadores en liza como pretendían. Por el contrario fueron los populares los que arrimaron a sus siglas los tres senadores.

En esta ocasión, los comicios en Euskadi no han plasmado en las urnas la fidelidad del voto que el PSE-EE ha atesorado en las últimas elecciones generales: siempre en torno a las 300.000 papeletas. En 1993 sumaron 293.442 (24,52%) y en las últimas generales -las que ganó José María Aznar- lograron 298.499 (23,67%). En esta ocasión, el PSE sólo consiguió 261.000 sufragios (23,32%).

Los socialistas vizcaínos, apoyados en la Margen Izquierda donde el PSE suma tradicionalmente el 30% de todos sus votos, tampoco lograron un buen resultado aunque, pese al tirón del PP, mantuvieron los dos escaños. Retrocedieorn del segundo al tercer puesto.