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Un piloto y su alumna de 20 años mueren al estrellarse su avioneta

F. Javier Barroso

Un piloto, Santiago E., de 67 años, y su alumna, María del Mar F. A., de 20, murieron ayer al estrellarse la avioneta en la que viajaban, una Jak modelo 52, de color naranja, en la finca Las Benitas, de El Álamo, un municipio situado al suroeste de Madrid lindando con la provincia de Toledo. La aeronave chocó contra el pico de una ladera y explosionó, lo que causó la muerte en el acto de sus dos ocupantes.El accidente ocurrió alrededor de las cinco y media de la tarde. El aparato había despegado cinco minutos antes y se encontraba haciendo unas acrobacias cerca del aeródromo de El Álamo.

El dueño de un chalé de la finca Las Benitas, Bruno Herrero Sánchez, vio como la avioneta, tras hacer una pirueta en el aire, planeaba boca abajo. Depués, el piloto le dio la vuelta y la colocó en posición normal. Pero por alguna razón desconocida, cuando llegó a la altura de la ladera no pudo evitarla y el aparato impactó de lleno contra el suelo. El golpe de la avioneta llegó a abrir un cráter de medio metro de largo por unos 15 centímetros de ancho. La inercia del choque hizo que el aparato se detuviera unos 200 metros más abajo. "Cuando golpeó en el suelo, se incendió y se convirtió en una bola de fuego. De pronto se paró y se oyó una gran explosión", señaló el testigo.

Bruno Herrero salió corriendo para intentar auxiliar a los dos ocupantes. El piloto tenía todo el cuerpo mutilado. La joven quedó aprisionada en el cuadro de mandos de la avioneta. "Intenté sacarlos de allí, pero las llamas eran tan grandes que no me podía ni acercar. El incendio ha durado cerca de una hora", señaló el vecino de El Álamo. El motor salió despedido unos 150 metros, ladera abajo, al igual que parte del fuselaje.

La avioneta siniestrada entre El Álamo (Madrid) y Casarrubios del Monte (Toledo) pertenecía a la empresa Jacob, con domicilio en Madrid, según la Delegación de Gobierno en Castilla-La Mancha. Veinte personas han perecido en los ocho accidentes de avionetas y ultraligeros registrados desde el año 1991 en Madrid.

Un hijo del piloto murió también en accidente aéreo hace cinco años

Trabajadores del aeródromo de El Álamo (a unos 300 metros) se acercaron con extintores a apagar el fuego, pero no pudieron. Dos dotaciones de bomberos de la Comunidad de Madrid acudieron al lugar y sofocaron el incendio. Los facultativos de un helicóptero del Servicio de Emergencia y Rescate de la Comunidad de Madrid (Sercam) que se desplazó al lugar del accidente certificaron la muerte.Los vecinos de cuatro chalés de la finca de Las Benitas se quejaron anoche de "la inseguridad que sufren". La avioneta se estrelló a unos 50 metros de las viviendas y de un corral con ovejas. Los afectados aseguraron que hace dos años ocurrió otro accidente cerca de sus viviendas, pero que entonces no hubo víctimas. "Sobrevuelan las casas y pasan a muy poca altura. No son capaces de respetar ni la hora de la siesta, y eso que nosotros llevamos aquí más tiempo [18 años]", explicó Elisa Martín Hernández, una de las vecinas.

La juez de guardia ordenó el levantamiento de los cadáveres alrededor de las nueve de la noche. Los bomberos tuvieron que rescatar a la joven, porque había quedado aprisionada entre el amasijo de hierros en los que quedó convertida la avioneta.

Comandante de Iberia

Un vecino de El Álamo, Esteban Portillo Ortega, explicó anoche que el piloto de la aeronave había sido comandante de Iberia y que ahora se encontraba jubilado. Tenía su residencia habitual en San Agustín de Guadalix, pero pasaba los fines de semana en El Álamo, en el domicilio de Esteban Portillo. Había tenido estropeada la hélice de la avioneta durante cerca de un mes. Hace tres o cuatro días la arregló, según señaló Portillo Ortega. Éste explicó que un hijo de la víctima también falleció en accidente de aviación hace cinco años.

Santiago E. estaba separado y tenía dos hijos. "Su otro hijo también es piloto. Según me comentó, lleva el reactor privado de uno de los dirigentes del Banco de Santander. Creo que se trataba de Alberto Cortina. Su hija estaba aprendiendo también a pilotar ahora", señaló el vecino. "Desde luego, la mala suerte se ha cebado con esta familia. Antes su hijo y ahora él. Era una persona muy agradable. Se iba pronto de casa y no volvía hasta la noche".

La joven, María del Mar F. A., vivía en Olías de Rey (Toledo). Sus padres se acercaron al lugar del accidente, pero, visiblemente afectados, decidieron no hacer declaraciones a los medios de comunicación. La avioneta accidentada era de origen ruso.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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