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Comienza del Mundial de Fórmula 1

Un Mundial sin conjeturas La implicación de las marcas y la entrada de empresas de telecomunicación equilibra las escuderías

Los increíbles tiempos logrados por los pilotos de Arrows en el circuito de Montmeló, en especial el de Pedro Martínez de la Rosa, de casi dos segundos por debajo del récord del circuito, dejan bien a las claras que el Mundial de F-1 de este año, que está a punto de empezar en Australia, no se presta a conjeturas ni adivinanzas. El baile de pilotos ha sido escaso. Tan sólo el intercambio entre Ferrari y Jaguar. El brasileño Rubens Barrichello llega a Ferrari para ocupar la plaza del subcampeón del mundo, el británico Eddy Irvine, que pasa a ser el primer piloto de la marca del felino, que se estrena este año en la F-1 de la mano de Ford.La auténtica novedad de esta temporada es la implicación directa en los equipos de las grandes multinacionales del automóvil y la entrada masiva de capital procedente de las empresas del campo de las nuevas tecnologías de la comunicación, que puede hacer cambiar el equilibrio de poderes dentro del siempre jerarquizado mundo de la máxima competición, jerarquizado por el presupuesto.

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Jaguar es propiedad al 100% de la multinacional Ford, que no sólo posee la mítica marca inglesa, sino que a finales de la temporada pasada compró, pagando en efectivo, el equipo que había fundado el ex piloto Jackie Stewart. Junto a Ford, habitual de esta competición, y Fiat, propietaria de Ferrari desde hace ya muchos años, han entrado de lleno en el negocio el gigante Daimler-Chrysler y la alemana BMW; cada uno de estos fabricantes de automóviles se ha hecho con una parte mayoritaria de las acciones de los equipos que usan sus motores: McLaren y Williams, respectivamente. Esto convierte, de hecho, a las dos escuderías más laureadas de la F-1, junto a Ferrari, en auténticos equipos de fábrica.

La tendencia es imparable, como lo demuestra la apuesta del gigante japonés Toyota, el segundo productor de automóviles mundial, que se ha desligado de todas las actividades deportivas que llevaba a cabo para debutar la próxima temporada en F-1, dos años antes de lo previsto. El otro gran constructor japonés, Honda, pese a que estará presente en dos equipos, con dos modelos diferentes de motor, ha renunciado a su pretensión inicial de disponer de escudería propia y ha optado por motorizar al equipo BAR, que fracasó el año pasado al no conseguir ningún punto, pese a que contaba con el ex campeón mundial Jacques Villeneuve. Renault, dominadora hasta hace poco del campeonato y que a través de Supertec aún equipa a Benetton y Arrows, emite señales de que desearía volver a subir al podio con nombre propio.

La otra novedad es la entrada de las empresas de alta tecnología sustituyendo al tabaco, que ya inciara la española Telefónica. Encabeza la lista la empresa de ordenadores Compaq, que se asocia al equipo BMW-Williams. La Unión Europea tiene previsto prohibir completamente la publicidad de tabaco en el año 2006, y Rothmans, el patrocinador de Williams, ha decidido adelantarse. Según los analistas de este mercado, a estas industrias les atraen las grandes audiencias televisivas de la F-1 y la imagen a la que se asocia. Hasta ahora, la parte del león se la llevaba la industria tabaquera, que financiaba el 70% de la competición, calculada en 825 millones de dólares, según cifras de la revista Marketing Magazine. Williams también cuenta con patrocinadores de la talla de la consultora Arthur Andersen, el gigante de los semiconductores Intel Corp, Nortel Networks y la agencia Reuters.

Pero la mayor sorpresa ha llegado de la mano de Tom Walkinshaw y Arrows. Este viejo zorro de la F-1, responsable entre otras cosas de llevar a Michael Schumacher y a Benetton a dos campeonatos del mundo, ha conseguido un acuerdo por 17.500 millones de pesetas en tres años con Orange, líder británico de telefonía móvil, lo cual coloca al equipo de Pedro Martínez de la Rosa con presupuestos cercanos a los de los grandes equipos. Arrows puede ser una de las sorpresas, pero las apuestas se inclinan de nuevo por Ferrari y McLaren-Mercedes, con Jordan-Honda y Jaguar acechando. McLaren ha pasado silenciosamente el invierno, y no se habla de muchas novedades. Dentro del equipo las cosas no deben de ser tan tranquilas. Ron Dennis ha fichado a Jarno Trulli, que ha dejado su plaza fija en Prost para aceptar una de piloto probador en McLaren. El bicampeón del mundo, Mika Hakkinen, no parece correr peligro, pero nadie sabe cómo se lo tomará el escocés David Coulthard.

En Ferrari sucede lo contrario. Están dispuestos a que éste sea su año. La llegada de Barrichello parece haber creado una nueva ilusión. Schumacher dice que se siente motivado. La firma italiana tiene todos los números para romper el maleficio que ya dura más de 20 años. Ha trabajado también en secreto y las noticias son que tiene el mejor coche, se habla de que "les saca dos segundos" a todos.

Jaguar parece tenerlo casi todo menos un piloto ganador. Jordan lo tiene, pero le falta un motor de fábrica. Williams no piensa en esta temporada, sino en la próxima. La llegada tardía del motor BMW y los cambios tras la entrada de la empresa bávara en el accionariado tienen que digerirse. El fichaje del joven Button no es más que una cortina de humo. BAR no tiene más remedio que mejorar el desastre del año pasado con el nuevo motor Honda. Benetton, Sauber y Minardi, bastante hacen con estar a la altura. Finalmente, Alain Prost, que ya ha empezado a quejarse de nuevo contra Peugeot por los motores, será probablemente la cenicienta de esta temporada.

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