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Entrevista:

IU incluye entre sus prioridades de Gobierno la jornada de 35 horas y el aumento del sueldo mínimo

Izquierda Unida decidió ayer responder con la presentación de su propio decálogo de prioridades de Gobierno a las iniciativas ofrecidas el martes por el PSOE. Con ello, según aseguran sus dirigentes, no pretenden enfrentarse con los socialistas, sino remarcar su identidad y perfil propio para no descuidar en exceso a su electorado. Cuatro de las 10 medidas están en la oferta del PSOE, pero ésta no incluía la que más echaron de menos en IU: acometer de inmediato las reformas legales necesarias para impulsar la implantación de la jornada laboral de 35 horas semanales.

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Varios dirigentes de IU se reconocen molestos porque creen que hubiera sido mucho mejor consensuar las medidas prioritarias en vez de que cada formación presente las suyas. Así se habría logrado con ello visualizar aún mejor el pacto de la izquierda, el mayor activo político de ambas fuerzas para estas elecciones.Sin embargo, también son conscientes de que cada partido tiene su estrategia de campaña y aducen, además, que puede resultar beneficiosa esta aparente contradicción porque cada uno se está dirigiendo a su propio electorado, y mientras el PSOE debe asegurar votos por el centro, IU no se puede permitir el lujo, con las pésimas perspectivas que le auguran las encuestas, de perder votos por la izquierda por desdibujar demasiado su personalidad.

En todo caso, ya que no se ha podido, o más bien no se ha querido, negociar antes de las elecciones las prioridades, los dirigentes de IU aseguran que no será nada difícil lograr el acuerdo tras los comicios si logran gobernar.

Otro de los gestos claros de que la situación no es tan tensa como las palabras del candidato Francisco Frutos en Córdoba pudieran dar a entender -dijo que había que negociar las prioridades y que IU es la garantía para que el acuerdo tenga una lectura nítida de izquierdas- es que entre las medidas que se proponen no hay ninguna que contradiga el pacto PSOE-IU o que parezcan inaceptables para los socialistas. Además, igual que en las propuestas del PSOE, el documento de la coalición también incluye un preámbulo en el que se explican las bondades, los motivos y la validez del pacto de la izquierda y se destacan las coincidencias programáticas con los socialistas. Éstas son las 10 medidas que el martes avanzó Frutos y que ayer presentó más formalmente en un mitin en Cádiz. Las cuatro últimas coinciden con las propuestas socialistas.

- Aprobar la medidas legislativas que promuevan la implantación de las 35 horas semanales, como figura en el pacto entre el PSOE e IU. La coalición quiere la implantación por ley, pero ésta es la fórmula pactada, a la que se atienen.

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- Aumento del salario mínimo hasta las 78.000 pesetas y subidas de las pensiones más bajas hasta un mínimo de 70.000 pesetas, el actual sueldo mínimo.

- Creación de un parque de viviendas públicas en alquiler, especialmente para jóvenes.

- Creación de la Agencia Nacional de Alimentos para garantizar la seguridad alimentaria.

- Puesta en marcha de la reforma de la ley electoral.

- Creación del ministerio de la mujer.

- Revisión en profundidad de la normativa de las empresas de trabajo temporal.

- Aprobación de una ley contra la violencia doméstica.

- Supresión de las fundaciones sanitarias públicas

- Cierre de las centrales nucleares de Zorita y Garoña.

Condenar la violencia

Durante los 14 meses que duró la tregua de ETA, Izquierda Unida tenía una actitud "más matizada" ante el conflicto vasco, afirmó ayer Francisco Frutos. Una vez terminada, la coalición sigue apostando por el diálogo de todas las fuerzas políticas para acabar con el terrorismo, pero pone "una condición: la renuncia y condena de la violencia".Con la tregua "de muchos meses se abría otra perspectiva, daba la impresión de que entraríamos finalmente en una amplia carretera para discutir el cese definitivo de la violencia y abrir otra etapa".

Pero el terrorismo ha vuelto "con toda su crudeza". Y para "discutir todas las propuestas que haya", sus interlocutores deben condenar la violencia.

IU salió del Pacto de Lizarra tras reanudar ETA la violencia en enero. Compartía mesa con Euskal Herritarok, único partido que no condena los atentados de ETA.

Sabe muy bien que hay en el electorado de IU sectores que desconfían del pacto con el PSOE. A esa izquierda, que está tentada por la abstención, Francisco Frutos le anima a que mantenga su posición crítica, su recelo, pero utilice su voto para derrotar al PP.

Pregunta. ¿Qué salida ve a una situación en la que, según los sondeos, ustedes pueden perder la mitad de sus diputados y quienes dejan de votarles tampoco parecen inclinados a votar al PSOE?

Respuesta. Hay todavía bolsas de abstención en el electorado de IU, y también en el del PSOE. Esas personas deben saber que por parte de Izquierda Unida van en serio dos cosas: que este acuerdo es bueno, que puede abrir una nueva etapa, que puede derrotar a la derecha, a pesar de las encuestas, y que Izquierda Unida sigue existiendo como fuerza política, con su programa, con su identidad. Esas personas deben quedar tranquilas en cuanto a que IU no desaparece.

P. ¿Qué les diría a los electores de centro-izquierda que sienten aún recelo hacia ustedes?

R. Que en estas elecciones se tiene que apostar fuerte, porque se está optando o por un Gobierno de la izquierda plural o por un Gobierno del PP hipotecado a CiU, a Jordi Pujol, que va a continuar siendo determinante en la gobernabilidad del país. Si la gente no quiere esto, sino un Gobierno de la izquierda plural, aun con las posibles contradicciones que pueda haber, tiene que votar a los partidos que han llegado a un acuerdo para hacer posible ese Gobierno de izquierda.

P. ¿Y qué les diría a los que en Izquierda Unida aún recelan de apoyar esa alianza con el PSOE?

R. Que recelen, que mantengan su posición crítica, que miren con lupa lo que hacemos ahora y lo que haremos en el futuro, cómo se cumple el acuerdo, si se va o no se va más allá, pero ¡que voten! Y no solamente eso, sino que también hagan un esfuerzo para que otra gente de izquierdas también nos vote. Porque si no nos votan, lo que va a pasar es que se reforzarán las posiciones del Partido Popular, apoyado en Convergència i Unió, para continuar manejando el país como lo han venido haciendo y tanto hemos criticado: con las stock options, con la privatización de los bienes públicos para ponerlos al servicio de una camarilla.

P. ¿A qué se debe que no hayan logrado movilizar a un electorado al que se suponía que iban a ilusionar con un pacto como el que firmaron hace tres semanas?

R. Se debe a cosas diversas. Una de ellas es que en política lo mejor es trabajar con tiempo, explicar con tiempo, para que la gente que puede votar a los partidos que firman un acuerdo lo haga pensando que no se trata de una cuestión coyuntural, ni de oportunismo político, porque hay unas elecciones, sino que va en serio; que hay una posibilidad real de que haya una unidad de acción de la izquierda en este país y que esa unión es capaz de llevar adelante un programa de izquierdas. Hay gente que no ha entrado en esas consideraciones, y en esta semana hay tiempo para seguir explicando eso. Me imagino que hay una parte importante de voto indeciso, pero que tampoco va a votar otra cosa que no sea este acuerdo, y que seguramente al final se decidirá a hacerlo.

P. ¿No tienen decidido algún otro paso que sea operativo, que actúe como combustible de la máquina que pusieron en marcha hace tres semanas?

R. Lo que se puede ver ya lo hemos visto prácticamente todo. No hay gran cosa más para ver, salvo intentar convencer a la gente de que esto es lo que se debe hacer. Por parte de IU, no tenemos prevista una retirada de listas, porque además de que no sería justo, de que dijimos desde el principio que no se iba a hacer, tampoco sería eficaz. La suma mecánica de votos no se produce en política, y mucho más cuando sabemos que hay recelos en sectores del PSOE y de IU.

P. Esa retirada de listas, ¿no sería eficaz porque no está garantizado el trasvase de votos, o porque no sería de fácil asimilación dentro de IU?

R. No está garantizada ni una cosa ni otra. IU tiene vocación de estar en todas partes, y se va a presentar en todas partes. Eso era, y es, irreversible. A la gente que está, en un porcentaje muy alto, en la abstención de izquierdas hay que convencerla de que tiene que participar, aun con los recelos o reservas que pueda tener. Ya habrá ocasión de criticar sobre si hemos cumplido o no los compromisos.

P. ¿En Izquierda Unida se han movilizado todos los dirigentes tanto como usted, o se siente un solista falto de masa coral?

R. No. Sí hay masa coral. Veo a la gente movilizada en todas partes, tanto a dirigentes como a afiliados. Yo veo que la gente va a los actos públicos no sólo con interés, sino con bastante ilusión.

P. ¿Le preocupa la posibilidad de que un mal resultado le cueste la cabeza?

R. No. Mi cabeza, dentro de Izquierda Unida, siempre ha estado a disposición de la organización. No tengo ningún temor de haber defendido esta política porque me parece que es la más acertada para vencer al Partido Popular y abrir una nueva situación en España. Y para vencer las dificultades que tenía también Izquierda Unida en este momento concreto. Afortunadamente, estoy un poco de vuelta de estas cosas palaciegas que se mueven alrededor de la torre del homenaje. Yo intento estar en las almenas con la gente, con lo que piensa y quiere la gente.

P. Y si las cosas les van bien, ¿ha pensado en aspirar a ser coordinador general de IU?

R. No es mi aspiración, ni creo que fuera lo más conveniente que yo sea coordinador.

P. La caída que ahora se está viendo en la intención de voto hacia Izquierda Unida, ¿puede ser la cristalización de errores que haya venido cometiendo IU, y que se han ido acumulando? Es una de las primeras campañas en que su adversario es el Partido Popular y no el PSOE.

R. Es el partido que gobierna. No puedes criticar fundamentalmente la política del que está en la oposición. Cuando gobernaba el PSOE, la crítica era a políticas del partido socialista, no al partido socialista. E inmediatamente se arreaba leña al Partido Popular, diciendo que lo iban a hacer peor. Ahora el PSOE está en la oposición, y hemos coincidido con él en muchas votaciones en el Parlamento en estos cuatro años. El que ahora gobierna es el PP, y el que anda por la vida sin ningún complejo y está dispuesto a hacerse con el santo y la moneda es el Partido Popular. Si Aznar gobierna otros cuatro años podemos empezar a decir adiós al Estado social que ha dado bienestar a mucha gente. Que la gente lo sepa.

P. Aznar dice que él vela por que no haya "abusos ni posiciones dominantes".

R. ¡Anda, que lo de Telefónica, si eso no es un abuso! Eso es derecho de pernada. Porque afecta a la reunión de un staff de negocios oligopólico, que mañana actuará en el mercado con carácter monopólico, y que luego intenta actuar hacia los medios de comunicación de forma también oligopólica, que se acabará convirtiendo en monopólica. Y eso nos pone los pelos de punta.

P. ¿En qué consiste la propuesta que ha apuntado para reconvertir las bases militares de Rota y Morón de la Frontera?

R. Me parece bien que se mantenga el tiempo necesario el carácter de base militar. Lo que nos parecería fundamental es una reforma democrática de la ONU que permitiera que en este país pudiera haber bases de apoyo para una política de solidaridad del mundo más rico hacia los países empobrecidos, para ayudarles de forma inmediata en desastres naturales o derivados de guerras y enfrentamientos civiles.

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