CLARICE YA ESTÁ CON SU PADRE
Clarice, la niña congoleña de cuatro años que el pasado 18 de agosto fue lanzada por encima de la valla fronteriza que separa Marruecos de Ceuta para que pudiera reunirse con su padre, inmigrante residente en Gijón (Asturias), comenzó el pasado viernes a convivir definitivamente con su progenitor, Moubiala Kipupa, de 32 años, ahora afincado en Córdoba. La niña había permanecido en el Hogar Materno Infantil de Oviedo, bajo la custodia de la Consejería de Servicios Sociales del Principado de Asturias. La pequeña fue arrojada a territorio español desde la frontera marroquí con una nota escueta en la que se leía: "Clarice, fille [hija] de Moubiala Kipupa" y un número de teléfono móvil que permitió localizar a su padre, que había llegado a Gijón ocho meses antes merced a un programa de Cruz Roja para inmigrantes. En ese momento, Moubiala Kipupa, a quien el Gobierno acababa de denegar el asilo político en España, estaba realizando un curso de soldadura en la ciudad asturiana y recibía ayudas de los Servicios Sociales del Ayuntamiento gijonés para subsistir. Tras el reencuentro de padre e hija, la Consejería de Servicios Sociales de Asturias asumió la custodia de la pequeña hasta tanto Moubiala pudiera acreditar la disposición de medios económicos suficientes para mantener a la niña. Ahora, residente en Cabra (Córdoba) y con un empleo que le facilitó una empresa local en un taller de muebles, Moubiala se ha reunido definitivamente con su hija. La aspiración ahora de ambos es lograr el reagrupamiento del resto de la familia con la llegada de la esposa y los otros dos hijos del matrimonio.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.