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MIS LABORES El factor 'Hola' MARUJA TORRES

Los analizantes (nueva palabreja para una nueva profesión: el encuesta-pensador) se han pasado el fin de semana sopesando las posibles razones del empantanamiento de las izquierdas en un, llamémoslo, estadio inferior de los sondeos electorales, mientras el PP remonta e incluso roza una mayoría suficiente. En mi opinión, los analigerantes (sinónimo para enriquecer el acervo) se equivocan. La causa de que el Poppy Party suba y suba hay que buscarla en lo que representa la siguiente frase, pronunciada por la anacandidata Botella en exclusiva entrevista para la revista Hola, mientras su marido (literalmente) bajaba a La Bodeguilla a por una botella con minúscula y con vino de la Ribera del Duero dentro. Dijo ella: "De verdad, el triunfo de mi marido es el mío, créame. Y si acaso soy una sombra en el camino de mi esposo, se tratará de una sombra protectora, sin duda". Ahhhhhhh.Desde que, hace cuatro años, cuando Aznar fue investido presidente en el Parlamento, sus partidarios, puestos en pie, le dedicaron a su señora una cerrada ovación, hasta este hoy marcado por la actividad rebosante de Ana Botella, en el inconsistente inconsciente insubstancial e intrascendente colectivo nacional se ha enraizado el factor Hola, que es la forma de nombrar hablando bien y pronto la satisfacción de una profunda necesidad de Segunda Dama que nos atenazaba. Tras la travesía del desierto femenino que supuso el período Romero (Carmen), obligados a seguir un régimen beduino de zancada y gafas, los españoles nos fuimos preparando para que nos sembraran en el regazo las semillas de la EE (Esposa Ejemplar), que con tanta brillantez hoy representa doña Ana.

Y aquí llegamos al meollo del secreto de los buenos resultados de Aznar en las encuestas. Uno, sus partidarios le votarán porque lo son, y lo son básicamente porque Él siempre la ha tenido a Ella. Dos, los hasta ahora no partidarios le votarán porque mira, aunque parece un sieso, algo tendrá Él si la mantiene enamorada a Ella.

Entre tanto, ¿dónde están las esposas de los líderes de izquierdas? Por ahí, trabajando como hombres y sin frases históricas ni conjuntos entonados. Pero no las culpemos, pobrecillas, bastante tienen con ser como son. Achaquemos la responsabilidad del fracaso anunciado a los responsables de campaña. Habida cuenta que nadie se acuerda de la cara de la mujer de Almunia ni de la de Frutos, ¿no podían haber alquilado a un par de figurantes para que ocuparan su lugar durante estos días determinantes? Si, al menos, Almunia hubiera fingido un lío con Carmen Alborch, ahora dispondría del voto de las legiones de mujeres que han convertido el libro Solas en un suceso espeluznante. Y, se me ocurre, Frutos habría podido ir a todas partes con María Galiana (más Solas exitosas, pero en película y sin tener nada que ver), quien habría arrasado en los estratos populares.

No quiero ni imaginar la que tendrá preparada Botella para el Día de la Mujer de su Jose Trabajadora.

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