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Un misterio en el Cho Oyu

El alpinista catalán Joan Carrillo, desaparecido desde noviembre, cuando viajó a Nepal para ascender un 'ochomil'

Las formas de acercarse al Himalaya para escalar una de sus 14 montañas de ocho mil metros son limitadísimas: incrustarse en una expedición, seguir los pasos de guías remunerados o lanzarse a la aventura en solitario. Joan Carrillo escogió esta última fórmula y se dirigió el pasado 3 de noviembre hacia el Cho Oyu (8.201 metros). Ahora está desaparecido. Carrillo, de 47 años y con un amplio currículo alpino a sus espaldas, siempre escala en solitario, según Remei Cortés, su mujer. Su experiencia demuestra que no es un iluminado ávido de sensaciones fuertes; más bien se trata de una persona comprometida con su pasión por la montaña. Carrillo decidió escalar el Cho Oyu en pleno invierno, cuando arrecian las nevadas y amenazan las avalanchas y estableció la última comunicación con Remei desde Katmandú, el 4 de noviembre. Una septuagenaria inglesa, Miss Holly, ha investigado la desaparición de Joan, esperado en su casa para Navidades. Holly es un personaje atípico: de profesión periodista, se encarga de certificar todas las ascensiones a las montañas de ocho mil metros y ostenta un cargo moral que todos los alpinistas aceptan sin reparar en su legitimidad. Sus fuentes de información son los propios alpinistas y los porteadores y sherpas locales. En este caso, ha descubierto toda la información que maneja el Ministerio de Asuntos Exteriores. Holly recreó el recorrido aproximado de Carrillo: éste alcanzó la aldea de Lukla y partió hacia Namche Bazar, donde se hospedó dos días en el Tibet Hotel. La policía de Nepal asegura que consta en sus registros la entrada de Carrillo en el Parque Nacional del Annapurna, una extensión inmensa en la que se incluye el Cho Oyu. No consta que firmara a su salida. Carrillo abandonó Namche a pie, alcanzó la aldea de Thami y trató, sin éxito, de contratar los servicios de Ang Phurba, un prestigioso sherpa de altura. Al día siguiente se hizo con los servicios de un porteador y de un yak, que le acompañaron hasta el campo base del Cho Oyu: a los seis días, Pendu, su porteador, le abandonó argumentando que había muchísima nieve y que no tenían comida suficiente para ambos. Durante los seis días que convivieron, Carrillo llegó a adentrarse en la montaña, con escaso éxito. Contaba con comida para aguantar apenas unos días más y dimitir si su empresa se complicaba. O eso narra Pendu, el último en verlo. Miss Holly señaló que Carrillo carecía del pertinente y caro permiso de ascensión que expende el Gobierno de Nepal. Remei asegura que la costumbre de su marido era comprarlo en Katmandú. La embajada española en Nueva Delhi ha recibido una oferta del sherpa Phurba para rastrear la pista del desaparecido a cambio de 200.000 pesetas, ofrecimiento desconocido hasta el lunes por Remei. Igualmente, una expedición catalana al Annapurna investigará la desaparición. Según Miss Holly, no existen muchas variantes posibles: "O ha padecido un accidente en la montaña o ha sufrido el ataque de los escasos bandidos que operan en la zona". El misterio podría aclararse en cuanto la nieve se retire.

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