El larguero salva al Mallorca

El Zaragoza defendía a muerte el empate en el minuto 88 cuando se encontró con la oportunidad de ganar y recuperar el segundo puesto que el Alavés le había arrebatado al mediodía en Vallecas. Engonga había derribado a Vellisca en el área y el penati, muy claro, podía darle el triunfo a los maños, que lo merecían tras jugar con diez jugadores desde el minuto 5 y con nueve a partir del 55. Pero Garitano estrelló el balón en el larguero. El Mallorca se salvó in extremis, porque el tiempo estaba agotado. El equipo de Fernando Vázquez no había sido capaz de marcar ante un rival en inferioridad numérica durante muchos minutos. Y el empate fue su justo castigo.No habían transcurrido 20 minutos de la primera parte y todo el Zaragoza era un clamor contra el árbitro Rodríguez Santiago. Carlos acababa de marcar un gol que los jugadores titulares y el banquillo en pleno, incluido el técnico Tetxu Rojo, reclamaban como nulo porque el autor del pase, Diego Tristán, había arrancado en clara posición de fuera de juego, según el criterio visitante. Eso, unido a la extraña expulsión del meta Juanmi por unas supuestas manos fuera del área habían terminado de soliviantar los ánimos del conjunto maño.

El Zaragoza se había propuesto ganar en Son Moix para recuperar la segunda plaza, pero, entre la expulsión de Juanmi y el gol de Carlos, todo se le complicó en apenas 20 minutos.

La inferioridad numérica visitante tuvo un reflejo inmediato en el juego. El Mallorca encontró más espacios para maniobrar y obligó al Zaragoza a realizar un esfuerzo descomunal para acercarse hasta la meta de Leo Franco. Stankovic por la banda izquierda, Carlos y Diego por el centro, llevaban de cabeza a la defensa maña, pero todo se quedaba en fuego de artificio porque el segundo gol no subía al marcador.

Un error defensivo isleño fue muy bien aprovechado por Milosevic para provocar un penalti de Nadal en la última jugada de la primera mitad. A ese golito se aferró el Zaragoza con dientes, uñas y muelas porque en el minuto 55 de la segunda parte se quedaba con nueve jugadores por la expulsión de Aguado.

Fernando Vázquez hizo lo que tenía que hacer: quitar a un defensa (Olaizola) y reforzar el ataque con un tercer delantero (Eto'o), pero el equipo de Rojo se mostró como un auténtico maestro en amarrar un resultado. No sólo mantuvo el orden defensivo, sino que se las arregló para mantener muy activo a Milosevic, su único atacante.

El partido agonizaba cuando Vellisca se plantó en el área local. Engonga no tuvo más remedio que derribar al jugador zaragocista, que había corrido más de 40 metros para crear un penalti que valía su peso en oro. El Zaragoza tuvo el triunfo en sus manos, pero el balón impulsado por Garitano se estrelló en el larguero. Otra vez, la suerte acudió a auxiliar al Mallorca en los instantes finales para premiarle con el mal menor: un punto.