Maragall asegura que José María Aznar confunde la riqueza de la España plural con un barullo

Pasqual Maragall, portavoz del PSC en el Parlament de Catalunya, celebró ayer en Valencia la riqueza de una España plural y lamentó que José María Aznar, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, aluda a esa concepción del Estado como "el barullo". Maragall subrayó que Joaquín Almunia, candidato socialista, impulsará esa España plural y señaló que no debe descartarse un futuro Gobierno en manos de los socialistas puesto que "ningún partido pequeño votará a Aznar" en la próxima sesión de investidura, aunque concedió que "tal vez haya una excepción".

Maragall acudió el sábado a Valencia, donde asistió al acto central de campaña de los socialistas en la Comunidad Valenciana. Pero dejó de asistir al acto paralelo en Cataluña que Joaquín Almunia celebró el sábado por la noche en Barcelona alegando motivos particulares. Para compensar, ayer acompañó a su "amigo" y ex alcalde de Valencia, Ricard Pérez Casado, y a Ciprià Ciscar, número dos del PSOE, en una breve intervención pública y un posterior paseo matinal por el paseo marítimo de la ciudad.El dirigente del PSC bromeó sobre los resultados electorales que reflejan todas las encuestas publicadas ayer - "lo que la gente piensa de la cosa"-. "A mí me daban siete puntos por detrás y quedamos los primeros", dijo en alusión a las recientes elecciones catalanas. Y destacó tres cuestiones: "¿Quién cree que ganará? Los que están. ¿Quién quiere que gane? Empate ¿Quiere un cambio? Sííííí..." Maragall comentó que "las campañas electorales empiezan frías y acaban calientes" y apostó por una "oleada de participación" el próximo domingo.

20 años de 'entesa'

Pero el grueso de su discurso iba dirigido a desarmar la concepción unitaria del Estado que sostiene José María Aznar. El ex alcalde de Barcelona recordó que los catalanes han sido pioneros a la hora de sumar el voto de los partidos de izquierda y destacó el caso particular de la ciudad de Barcelona, cuya alcaldía ocupó durante tres lustros. "La entesa ha gobernado Barcelona durante 20 años y el resultado no es ningún barullo", comentó, "ya firmarían los empresarios valencianos por un planeamiento urbanístico y una política municipal que ha demostrado ser una solución tan estable".

Maragall apeló al voto socialista convencido de que Almunia logrará sumar más votos que Aznar. Y en cualquier caso, si esos votos no se traducen en escaños, convencido de que tendrá más posibilidades de formar Gobierno puesto que los todos los partidos minoritarios niegan su apoyo a Aznar.

Según el dirigente del PSC, un Gobierno encabezado por Almunia permitiría "profundizar en aquello que Aznar llama barullo". "Después de una purga de cuatro años, es el momento de recuperar la fibra de un pueblo que quiere volver a gobernar su destino", dijo. Maragall señaló que después de 20 años de desarrollo Constitucional ha llegado el momento de avanzar durante otros 20 años en la cesión de responsabilidades hacia los gobierno autónomos y los municipales y apostó por reducir el gasto público del Estado al 40% para elevar el gasto autonómico y municipal a sendas partidas de un 30%.

Las embestidas hacia la concepción unitaria del Estado que defiende el PP fueron trufadas con una alusión a la extensión de esa convicción al ámbito económico. Maragall aseguró que Almunia pondrá límites a la "concentración" de poder económico en "unas pocas manos" que "llega a ser tan grande que el poder político no puede con él", y cerró su intervención con una apuesta por "la estabilidad de la entesa" frente a "la estabilidad de las stock options".

Ciprià Ciscar, candidato al Congreso por Valencia, saludó al "cuasi presidente" y también apuntó la concentración de poder económico "en manos de 11 amigos" a lo largo de la pasada legislatura.

Maragall, Ciscar y Pérez-Casado se desplazaron al paseo marítimo para dejarse ver, repartir folletos y saludar a falleras y simpatizantes espontáneos en la soleada mañana dominical. José María Chiquillo, candidato de UV, buscó la foto y dió la bienvenida al portavoz del PSC al arrullo de una dolçaina. El cuasi president tuvo ocasión de saludar a más falleras cuando acudió a la mascletà y cerró la jornada con una paella multitudinaria.